Como saben los aficionados, el cartel de la primera de San Miguel quedó "tocado" tras la lesión de Roca Rey, y Ureña y Jiménez fueron los elegidos para junto a Morante de la Puebla, sortear y lidiar un encierro de Alcurrucen, que se ha dejado poco, - un toro, el tercero - , que se salvó de la desclasada, desrazada y mansa corrida de la Casa Lozano, con una imperfección de lo que debe ser una ganaderia brava y encastada. Dificil temporada, con toros sueltos, que aunque bien presentada, - a excepción del cuarto - ha desesperado a un público que venía entegado a la causa, para ver un atractivo cartel y que al final ha provocado poca emoción en los tendidos. El tercero se dejó en la muleta, y quizás Jiménez pudo estar mejor con el, se conformó con una faena de tono medio, y estimo que debió apostar más fuerte. Lo mejor de la tarde, la excelente entrada - casí lleno - tras el "ajuste" del cartel, lo que indica que todavía existe algo que llama a la puerta de la fiesta.
Morante de la Puebla, con un toro protestado de salida por su falta de acometida y mansedumbre, y poca fuerza, anduvo correcto y muy torero con un toro que se apagó muy pronto. En el caballo tomo tres puyazos algo imperfectos. Faena ligera de ajustes, con pases sueltos, algunos muy bellos pero sin alma, que tras un pinchazo y media atravesada fue ovacionado. El toro pitado en el arrastre.
Con el cuarto, un toro desrazado, pudo hacer poco.Pudo decirle a su picador que no le diese mucho, pero ni eso. Toro distraído y falto de todo que desespero a la afición. En banderillas se quedo parado y las protestas comenzaron sin solución de continuidad hasta la muerte del toro. Morante sin pena ni gloria.
Paco Ureña le tocó en suerte un toro que salió dormido de salida. Manseó en en todos los tercios y le costaba humillar un mundo. Y encima flojo. Ureña puso voluntad y poco más.
Con el quinto, el toro más complicado de la tarde, el lorquino anduvo dispuesto y voluntarioso con un animal que ayudó poco en todos los tercios. Toro desrazado y cierto peligro que nunca estuvo en los engaños y que terminó sin entrega en la muleta. Una serie al natural lo más destacable.
Con el tecero,el más noble de la tarde, Javier Jiménez evidenció el buen momento que atraviesa. Con el capote apenas ayudó el toro que como sus hermanos salió dormido y abanto de salida. Pero tras un buen tercio de varas se acopló con poder en la muleta. Faena inteligente dándole sitio y tiempo. Faena sentida y medida por ambos pitones, muy ligada y donde destacaron dos series con la mano derecha. Al natural se acopló menos pero cuando lo hice la faena tuvo emoción. Los pases de pecho para rematar las series excelentes. Quizás pecó el torero de Espartinas de confianza, y buscó la fuerza de la oreja, cuando debió apostar por redondear la faena e irse en busca de las dos. Tras un pinchazo y una estocada ligeramente caída se le pidió una oreja. Reglamentariamente no hubo la petición deseada y todo quedó en una vuelta al ruedo. Bien por la Presidencia al no concederla.
Un sobrero de El Tajo y La Reina salió en último lugar para vez otra versión de Jiménez, y un buen par de banderillas de "El Lipi". Un toro que de dejó torear con el capote - con quite por chicuelinas de Morante - y que en la muleta sacó un poco de genio y raza, que puso en apuros al torero, con una fea voltereta al torero tras confiarse en un desplante. Faena entregada, genorosa y pundorosa pero pcoo más. El toro no merecía ese esfuerzo. Fue ovacionado tras acabar con ese toro.
Lo dicho mucha generosidad por los toreros, y por esforzarse para sacar provecho de una corrida pobre de espititu, sin clase alguna, mansa, sin fuerzas, y a la defensiva. Con esta materia prima, los aficionados y publico no se emocionarán nunca.
Al finalizar el paseíllo se guardo un minuto de silencio por la muerte del ganadero salmantino, Antonio Pérez-Tabernero.
Foto: Arjona
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