Los portales taurinos expresan:
Burladero.com:
"El poderío de El Juli y el temple de Ruiz Manuel remontan la feria"
"Le estaba costando a la feria de Almería remontar el vuelo. Más allá de las orejas cortadas, el bagaje artístico no estaba siendo lo esperado. Algún toro suelto y pocas faenas de calidad era un resultado demasiado pobre para una plaza tan ‘amable' como ésta, que se entrega como pocas y que no duda en sacar a saludar, tarde tras tarde, a aquellos toreros que se presentan o que han triunfado en el coso de la Avenida de Vilches.
Precisamente, el aspecto ganadero es lo más negativo de esta feria. Importante dato para tener en cuenta los próximos años. La corrida de Daniel Ruiz no fue una excepción. Toros con cuajo y con kilos, pero muy cómodos de cara. Y una tarde más, varios sospechosos de pitones. Pero no sólo eso. En conjunto han resultado flojos, mansos y deslucidos. Por eso los triunfos de El Juli y Ruiz Manuel tienen doble valor. Con dos faenas diferentes, pero ambos imponiéndose a sus toros.
Dentro de un encierro bastante descastado, el mejor fue el segundo. Y con él, El Juli volvió a dar una buena dimensión. Mucho se sigue hablando de la temporada del madrileño. Para bien y para mal. Afortunadamente, el bajón que sufrió en la primera mitad de la temporada ha quedado en el olvido. Su toreo es cada vez de un nivel más alto. Y eso dice mucho de un torero que va a cumplir dentro de unas semanas diez años de alternativa.
El de Velilla de San Antonio es consciente de que debe aprovechar cada tarde. Que como máxima figura todos los ojos están puestos en él. Y Almería no fue una excepción. Salió a por todas con ese segundo, al que toreó con mucho gusto y exposición tanto a la verónica y sobretodo por ajustados delantales, pasándoselo muy cerca. El de Daniel Ruiz, de feas hechuras por cornigacho y demasiado cómodo de pitones, fue el que más recorrido tuvo. Moviéndose con buen estilo también en un quite por tafalleras y chicuelinas, rematadas con una revolera.
La faena de muleta fue de menos a más. Ligero en los primeros muletazos, a media altura y al hilo del pitón, fue metiendo al toro cada vez más en la muleta. Sobándolo mucho para terminar dominándolo por completo. Una vez que se hizo con el ‘control', El Juli fue tirando mucho del toro, brillando en poderosos derechazos rematados atrás, templando mucho e intentando llevarlo lo más largo posible.
Tuvo bondad el animal, al que el torero supo exprimir al máximo. No sólo por el pitón derecho, sino que hubo naturales de una nota muy alta. Poco a poco el de Daniel Ruiz se fue quedando más corto, optando el diestro por los terrenos de cercanías. Con mucha cabeza. Así surgieron los circulares invertidos, sin moverse ni rectificar, ligando con los pases de pecho con los pies clavados en la arena y pudiendo a un toro al que se fue inventando. La estocada fue de efectos fulminantes y paseó dos orejas de ley.
El quinto resultó deslucido desde que salió, parándose de primeras y saliendo distraído. Lo volvió a intentar Julián con el capote, volviéndose a gustar a la verónica aunque su faena de muleta tuvo poca transmisión debido a la nula clase de su oponente. A pesar de ello, volvió a estar muy por encima de las condiciones del toro, sacando petróleo de donde sólo había agua.
Pero la tarde tuvo más protagonistas. El local Ruiz Manuel tampoco se dejó ganar la partida. Tiene muy pocas corridas a sus espaldas este torero almeriense, que dejó patente un buen concepto del temple. Lo mejor lo firmó con el cuarto, otro toro de fea cabeza al que toreó bien a la verónica. No fue éste un animal de triunfo tampoco en la muleta, embistiendo siempre al paso y sin entregarse.
Pero Ruiz Manuel fue profeta en su tierra. Dominando el tiempo y el espacio en una faena de temple, empaque y cadencia. Gustándose en cada pase. Sintiéndolo mucho. Conectando con los tendidos, citando con la muleta bien presentada y hasta ‘desmayado' en ciertas ocasiones. El toro, justo de todo, se echó al ruedo y costó un mundo levantarlo. Cuando lo hicieron, el almeriense mató de un bajonazo, que no fue impedimento para que le dieran las dos orejas.
Con el que abrió plaza ya había demostrado buenas maneras. Tanto con el capote como con la muleta. Pero al toro le faltó codicia y casta y sólo hubo mucha voluntad y poca ligazón.
Cayetano, que se presentaba, se llevó el peor lote. Su primero fue un animal muy manso al que planteó pelea en tablas pero con el que se vio desbordado y algo falto de técnica. El que cerró plaza resultó rebrincado, punteando siempre los engaños. Tan sólo dejó detalles, sin terminar de bajar la mano para someter al animal."
Precisamente, el aspecto ganadero es lo más negativo de esta feria. Importante dato para tener en cuenta los próximos años. La corrida de Daniel Ruiz no fue una excepción. Toros con cuajo y con kilos, pero muy cómodos de cara. Y una tarde más, varios sospechosos de pitones. Pero no sólo eso. En conjunto han resultado flojos, mansos y deslucidos. Por eso los triunfos de El Juli y Ruiz Manuel tienen doble valor. Con dos faenas diferentes, pero ambos imponiéndose a sus toros.
Dentro de un encierro bastante descastado, el mejor fue el segundo. Y con él, El Juli volvió a dar una buena dimensión. Mucho se sigue hablando de la temporada del madrileño. Para bien y para mal. Afortunadamente, el bajón que sufrió en la primera mitad de la temporada ha quedado en el olvido. Su toreo es cada vez de un nivel más alto. Y eso dice mucho de un torero que va a cumplir dentro de unas semanas diez años de alternativa.
El de Velilla de San Antonio es consciente de que debe aprovechar cada tarde. Que como máxima figura todos los ojos están puestos en él. Y Almería no fue una excepción. Salió a por todas con ese segundo, al que toreó con mucho gusto y exposición tanto a la verónica y sobretodo por ajustados delantales, pasándoselo muy cerca. El de Daniel Ruiz, de feas hechuras por cornigacho y demasiado cómodo de pitones, fue el que más recorrido tuvo. Moviéndose con buen estilo también en un quite por tafalleras y chicuelinas, rematadas con una revolera.
La faena de muleta fue de menos a más. Ligero en los primeros muletazos, a media altura y al hilo del pitón, fue metiendo al toro cada vez más en la muleta. Sobándolo mucho para terminar dominándolo por completo. Una vez que se hizo con el ‘control', El Juli fue tirando mucho del toro, brillando en poderosos derechazos rematados atrás, templando mucho e intentando llevarlo lo más largo posible.
Tuvo bondad el animal, al que el torero supo exprimir al máximo. No sólo por el pitón derecho, sino que hubo naturales de una nota muy alta. Poco a poco el de Daniel Ruiz se fue quedando más corto, optando el diestro por los terrenos de cercanías. Con mucha cabeza. Así surgieron los circulares invertidos, sin moverse ni rectificar, ligando con los pases de pecho con los pies clavados en la arena y pudiendo a un toro al que se fue inventando. La estocada fue de efectos fulminantes y paseó dos orejas de ley.
El quinto resultó deslucido desde que salió, parándose de primeras y saliendo distraído. Lo volvió a intentar Julián con el capote, volviéndose a gustar a la verónica aunque su faena de muleta tuvo poca transmisión debido a la nula clase de su oponente. A pesar de ello, volvió a estar muy por encima de las condiciones del toro, sacando petróleo de donde sólo había agua.
Pero la tarde tuvo más protagonistas. El local Ruiz Manuel tampoco se dejó ganar la partida. Tiene muy pocas corridas a sus espaldas este torero almeriense, que dejó patente un buen concepto del temple. Lo mejor lo firmó con el cuarto, otro toro de fea cabeza al que toreó bien a la verónica. No fue éste un animal de triunfo tampoco en la muleta, embistiendo siempre al paso y sin entregarse.
Pero Ruiz Manuel fue profeta en su tierra. Dominando el tiempo y el espacio en una faena de temple, empaque y cadencia. Gustándose en cada pase. Sintiéndolo mucho. Conectando con los tendidos, citando con la muleta bien presentada y hasta ‘desmayado' en ciertas ocasiones. El toro, justo de todo, se echó al ruedo y costó un mundo levantarlo. Cuando lo hicieron, el almeriense mató de un bajonazo, que no fue impedimento para que le dieran las dos orejas.
Con el que abrió plaza ya había demostrado buenas maneras. Tanto con el capote como con la muleta. Pero al toro le faltó codicia y casta y sólo hubo mucha voluntad y poca ligazón.
Cayetano, que se presentaba, se llevó el peor lote. Su primero fue un animal muy manso al que planteó pelea en tablas pero con el que se vio desbordado y algo falto de técnica. El que cerró plaza resultó rebrincado, punteando siempre los engaños. Tan sólo dejó detalles, sin terminar de bajar la mano para someter al animal."
Mundotoro.com:
"El Juli volvió a demostrar una vez más su dimensión de figura en una faena de mando y sometimiento por ambos pitones al toro de Daniel Ruiz que hizo segundo, que humilló y tuvo recorrido en la muleta del madrileño y al que desorejó por partida doble. Del conjunto destacó el hondo toreo al natural. Otro trofeo hubiera paseado del manejable quinto, al que pinchó tras una faena de dominio que llegó a los tendidos.
Ruiz Manuel toreó con buen aire al flojo aunque manejable cuarto, al que instrumentó series por ambos pitones que tuvieron sabor antes de que el animal se echara. Aunque manejó con desacierto la espada, fue premiado con dos orejas por el público de sus paisanos. Antes había perdido un trofeo después de haber realizado una labor meritoria y torera al manso que abría plaza, al que lanceó con temple a la verónica ganándole terreno. El diestro continuó con un toreo largo y con cadencia a un ejemplar que embistió a su aire y con el que se pegó un arrimón cuando el toro se fue a las tablas.
Cayetano se impuso primero a base de tesón al manso y rajado tercero, al que extrajo una notable serie por el pitón derecho. Su desacierto con los aceros le privó de haber paseado una oreja de mérito tras torear en las cercanías al astado, que terminó aquerenciado en las tablas. Más tarde, tiró de raza ante el manso y deslucido sexto, que se defendió y protestó durante un trasteo que inició con ajustados estatuarios. Después recurrió al toreo accesorio con adornos y molinetes que calaron en el tendido, que vió cómo el madrileño perdía otro trofeo por su desacierto con los aceros."
Ruiz Manuel toreó con buen aire al flojo aunque manejable cuarto, al que instrumentó series por ambos pitones que tuvieron sabor antes de que el animal se echara. Aunque manejó con desacierto la espada, fue premiado con dos orejas por el público de sus paisanos. Antes había perdido un trofeo después de haber realizado una labor meritoria y torera al manso que abría plaza, al que lanceó con temple a la verónica ganándole terreno. El diestro continuó con un toreo largo y con cadencia a un ejemplar que embistió a su aire y con el que se pegó un arrimón cuando el toro se fue a las tablas.
Cayetano se impuso primero a base de tesón al manso y rajado tercero, al que extrajo una notable serie por el pitón derecho. Su desacierto con los aceros le privó de haber paseado una oreja de mérito tras torear en las cercanías al astado, que terminó aquerenciado en las tablas. Más tarde, tiró de raza ante el manso y deslucido sexto, que se defendió y protestó durante un trasteo que inició con ajustados estatuarios. Después recurrió al toreo accesorio con adornos y molinetes que calaron en el tendido, que vió cómo el madrileño perdía otro trofeo por su desacierto con los aceros."
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