2ª Feria de San Miguel: Talavante reivindica el aplauso del aficionado

La segunda de San Miguel no pasará a la historia de la tauromaquia, como posiblemente lo hará la de Barcelona; ni tampoco la diversidad de público que va a los toros predispuesta a aplaudir todo. Esto es un vicio que como aficionado detesto, y por supuesto denuncio cada vez que puedo. Aquí en Sevilla vienen las figuras.....y todo se aplaude....como los tercios de varas que esta tarde se han realizado. Mal vamos.

Sobre la corrida de Torrealta, excelente de presentacíón, excepto el feo segundo, pero con mansedumbre y sin raza. Los mejores 1º y 6º, que se han dejado algo en al muleta.

Manuel Jesus "El Cid", le tocó un primer toro mansito, pero se empleó en la muleta, con la fuerza justita para tal fin. Estuvo Manuel Jesús dándole la faena que el toro quería, sin pelearse con él, y recetándole series cortas. Hay que decir que toreo sobre los ajustes y tesis del toreo moderno, y sin las apreturas deseadas. Destacar una serie con la derecha, y algunos detalles sueltos, como el pase de la firma con la que acabó la faena. Tras un gran estocada se le concedió una generosa oreja, ya que no había la petición suficiente. El cuarto, segundo de su lote, fue un toro que manseó de salida, y por ello fue lidiado sin apreturas y disposición por "El Cid", pero se aplaudió su voluntad. La lidia y colocación de la suerte de varas no fue la deseada, y el toro, el de más peso de la corrida (616), fue desarrollando sentido. No estuvo a gusto el diestro de Salteras, y su toreo al hilo de pitón, y sin cruzarse no despegó en el público y sólo la voluntad y oficio del torero justificaron su ovación al terminar la faena.

Sebastian Castella recibió al primero con unas gélidas verónicas, ante un toro flojo que apenas tenia raza, pero sí el genio suficiente para que aquello tuviera ritmo. Pero Castella no le cogió el aire ni el ritmo, y los enganchones y la frialdad del torero aburrieron al personal, que estaba dispuesto aplaudir todo. Tras una estocada tendida fue ovacionado el torero.Con el quinto, otro toro desrazado y con genio, que apretó en los caballos, y que descabalgo de su montura de forma espectacular a José Doblado, que cayó en la arena de forma dramática y aparatosa. Con ese toro Castella tiró de ofició y la lidia además de tediosa resulto vulgar y algo pesada, con un animal que además pedía la muerte de forma alarmante. Pero también se aplaudió su voluntad.

Alejandro Talavante sorteó un primer toro de bella estampa, pero podrido de casta y de fuerzas. Llegó a la muleta para el arrastre, y Talavante acorto distancias y solamente le pego dos naturales lentos para el recuerdo. No habia mucho más. Tambien se le aplaudió tras finalizar la lidia y muerte del toro.Con el último de la tarde, Talavante sorteó un toro que tenia fijeza en los primeros tercios, y fue el mejor picado de la tarde. Pero el que se llevó la ovación fue el picador de Castella, tras salir de la enfermería, mientras se lidiaba al toro de Talavante......porque ya se sabe, en Sevilla se aplaude todo. En la muleta llegó justito, pero sus embestidas tuvieron clase y el ritmo que a Talavante le gusta. Su faena fue rítmica y cadenciosa y con esa naturalidad que tiene el torero extremeño. Una faena medida y muy sentida, y que ha calado con mucha intensidad en el aficionado. Derechazos muy firmes con la planta muy quieta, muy cruzado, y sintiendo los pitones muy cerca en cada muletazo. Eso si erasn aplausos, quizás los de mayor calado en la Maestranza. Su labor se enfrió al natural, pero uno, quizás, ha sido larguisimo y muy aplaudido.....al son de Davila Miura. La faena no daba para más recorrido, pero tras un pinchazo, y una estocada el público le ha pedido con mucha fuerza la oreja a Talavante. Una oreja con distinto aplauso que otras. Esa es la diferencia. 

Saludo en el 1º Alcalareño, y en el 2º Jesús Ambel y Vicente Herrera.

Foto: Perez@larcon