Apagados o fuera de cobertura

Y de lo que realmente importa, y preocupa, no se habla. Y es que llevamos varias semanas hablando de la disolución del G-10 o la “espantida” de aquellos que aconsejados por sus “asesores” han decidido poner rumbo a la independencia de su carrera y luchar por otros intereses que dejen algo más de rédito, que no de crédito. Eso me parece bien, que cada uno haga lo que quiera, pero lo que me preocupa son otras cosas que nadie habla. Nos hemos olvidado, o se han olvidado algunos, que la fiesta no corre su mejor momento de promoción, y que los empresarios deberían tomar medidas. Estamos en noviembre y no ha habido un paso adelante. Estamos como hace dos meses, sin medidas e iniciativas, ni acciones tendentes al optimismo. 

¿Qué ha pasado con el traspaso de Interior a Cultura?..en el Ministerio de Wert, sobre el tema, el personal funcionario ni sabe ni contesta sobre el asunto, porque expresan que las “competencias todavía no han sido transferidas a este departamento”. No debe importar mucho este asunto, para las escasas competencias que tiene el Estado sobre la materia. 

Otra cosa que me llama la atención es sobre la situación de los empresarios, y su particular visión de la economía. Las distintas asociaciones no demuestran que esa “lucha” sea decisiva para el fututo devenir del espectáculo. Se equivocan. Yo recuerdo el pasado mes de septiembre que algunos empresarios, reclamaban al sector diversas tareas nada más finalizar la temporada, y aquí cada uno sigue con lo suyo. Canorea planificando Sevilla, con el debate manido de José Tomás, con televisión o sin ella, con fulanito o menganito, y Taurodelta diciendo que quiere tener San Isidro para los “turrones”, y en fin que cada uno con lo suyo, y la enorme casa taurina sin barrer. 

¿Eso es lo que queremos?. Pues yo evidentemente no quiero la desidia y la pasividad para terminar como siempre. Es cierto que hay muchos problemas en España, en Europa, en el Mundo, mucho más preocupantes y de calado financiero y social con más enjundia que estos «asuntillos de los toros», pero creo que dentro del motor económico de este pais, se encuentra lo relativo a la organización de espectáculos taurinos, y en ellos alguien se debe preocupar. Por ahora no hay señales que revitalicen el optimismo y la alegría del aficionado, o al menos yo no las encuentro. Soy creyente, y practicante así que no debo preocuparme, por lo menos hasta Navidad. Después ya veremos. Marzo esta a un paso de metro, y aquía los móviles empresariales están apagados o fuera de cobertura.