A pocos días de empezar la Cuaresma, tiempo litúrgico que llena de ilusión, - como cristiano y practicante habitual - gozo de almanaque y lápiz para señalar los días y semanas que faltan para el Domingo de Ramos, y me viene al pensamiento la fe que se procesa durante ese tiempo para equiparar esa nostalgia espiritual con la reflexión de este artículo. Este año se celebra en toda España el Año de la Fe. Muchos actos y acontecimientos religiosos celebra la Iglesia para recordarnos a los cristianos dicha efeméride, y por ejemplo en Sevilla, un magno Via Crucis por la Catedral se va a celebrar para tal reconocimiento. Por Fe y por devoción.
Pues por los citados actos, yo haría lo mismo pero por esta temporada taurina. La temporada de la fe. En la tauromaquia actual mucha fe (y mérito) tenemos los aficionados a la vista de los carteles de las primeras ferias, y las "triquiñuelas" de los malditos cromos de los diferentes apoderados, hacen que la gente seria y cabal no tenga ánimos e incentivos para acudir a la plaza. Me hacia gracia el otro día un comentario en las redes sociales de un simpático (o gracioso) periodista gaditano que pedía a los aficionados «menos criticar, y más gastarse dinero en la taquilla». ¿Pero como se va a ir a los toros con carteles de medio pelo, con toreros que vuelven ¿para qué?, y que nada tienen que ofrecer ni al gran público que supuestamente reclama esos carteles, ni muchos menos a un sector de la afición. Yo me quedo perplejo. ¿De verdad se piensa en los aficionados y "clientes"?.
Mucha fe hay que tener en este año para pasar por taquilla con algunos "cartelitos" de media categoría y con ausencias dignas de mención. Nos conformamos con poco. Y así nos va.
Quizás el espectáculo taurino sea el reflejo de una sociedad algo acomplejada, desilusionada, sin perspectiva histórica, con bochornos a diario por la corrupción existente, y por tantos conflictos morales y sociales, que hacen que nos acostumbremos a vivir con injusticias, sin apenas sentimientos y con una profundo amargor sobre las conductas y actos de la sociedad. Yo me sigo explicando, sin ver justificación alguna, algunos remates de las Fallas y Castellón, y pienso en mi querida Feria de Abril, y no se si la fe, los pecados de algunos o la vanidad de otros, pueden dar al traste con las expectativas de uan gran feria, para catalogarla como una feria más en lineas y tónica de las anteriores. Sólo la fe nos consolará.
Para terminar solamente valga esta modesta reflexión para expresar una sentimiento: ¿A ver si al final la empresa de Sevilla llega a un acuerdo con Canal + Toros, a mediados de marzo, y resulta que los abonados que han "pasado por taquilla" creyendo que no había televisión, han "pecado" por falta de fe?. Ya eso lo afirmaba con criterio mi amigo Román Fernández hace unas semanas en el Blog de la Tertulia Taurina «El Porvenir». ¡¡Como esta el patio!!.
Tal y como esta este país, al que llaman España, todo puede pasar. Que la fe nos acompañe a todos y todas.
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