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Carballo |
Tocaban ya las novilladas de promoción, y lo hacían con la ilusión de tres chavales, muy nuevos, y que alguno no estaba para debutar en Sevilla. Bagaje escaso, o recorrido incipiente se presume, pero cuando uno hace el paseíllo en la Maestranza debe saber que aquí se exige algo más. La novillada de Salvador Guardiola, sin ser buena del todo, debió ser lidiada e interpretada mejor que lo que lo hicieron los tres chavales y sus banderilleros, y a lo mejor hubieramos visto otra clase de espectáculo. El 5º y 6º a mi juicio fueron los dos únicos novillos más potables de un encierro bien presentado, pero que no tuvo la raza y nobleza suficiente en términos generales. La plaza registró una entrada que no llegaba a la media plaza.
Díaz Cruz, de Pilas (Sevilla), demostró poca pericia con el capote con el que nada destacable se pudo apreciar. Valiente Juan Carlos Carballo en un quite por gaoneras. El novillo demostró mansedumbre y cierta sosería, y el poco oficio del novillero no despertó inercia positiva en el respetable.
Con el manso cuarto y tras una lidia infumable con profesionales que no estuvieron a la altura para ayudar las difíciles embestidas del animal, Díaz fue incapaz de someter, y parar, templar y mandar a un toro manso. En otras manos más expertas ese toro hubiera tenido su lidia. Lo dicho, poco oficio para venir a la Maestranza. Ni siquiera ejecutó el quite se suerte que le correspondía en el último de la noche.
Juan Carlos Carballo anduvo suelto con el capote con el soso segundo. Novillo de poca raza que manseó y que Carballo lidió con los altibajos propios de su inexperiencia. Aunque sabe colocarse, derrocho valor y cierta técnica, aunque demostró poco oficio en la suerte de matar. Fue ovacionado.
Con el quinto se fue a recibirlo a portagayola y enjaretó una serie muy poderosa lanceando a la veronica. Con este novillo estuvo poderoso y muy firme y lo mejor vino con la mano izquierda. Tandas con la zurda que tuvieron empaque y sentido. Faena muy firme ante un animal que tuvo raza. Faena encimista con ajustes y efectos que gustaron al público. Un pinchazo y una estocada entera atravesada tuvieron la recompensa algo generosa de las dos orejas concedidas por el Usía. Novillero con un valor sereno, con cierta técnica con los engaños y que sí mejora con la espada puede tener cierto futuro. Quizás el más placeado de la terna, y con más perfiles técnicos.
Carlos Corradini mostró concepto lidiador con el capoten con cierta soltura y cogiendo el engaño muy cerca de la esclavos. Un toro que tuvo un defecto que no humillaba y que el había que dejarle la muleta muy puesta para que embistiera. Corradini pecó de frialdad pero tuvo momentos buenos con la derecha. Faena correcta pero escasa de emoción sentimental por parte del torero. Tras un pinchazo y estocada caída que hizo guardia sus partidarios le obligaron a dar una vuelta al ruedo.
Corradini mantuvo en el último la misma frialdad que en su primero, con el agravante que tuvo el mejor novillo de la noche. Faena al hilo del pitón, ausencia de alma, con muchos pases sin terminar de trasmitir y que tuvieron escasa repercusión en el público. Podemos decir que fue una faena pulcra pero sin la ambición para despertar algún sentimiento. Tras un pinchazo, y una estocada el paisanaje benevolamente le recompensó con la petición de una oreja que el Presidente tuvo que conceder.

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