La verdad sea dicha; Fui a la Maestranza a ver las buenas maneras de Miguel Tendero, tras su firme actuación en el pasado San Isidro, y me encontré, en una novillada sosa, mansita, y sin fijeza, a un chaval de 17 años, llamado Mario Aguilar, - el cual apodera Juan Cubero - que puede funcionar, por su clase con el capote, su temple en la muleta, y todo ello mezclado con una naturalidad importante. Todo ello en una novillada sin empuje, pero llegando el último tercio con una cierta bondad, que no con clase, lo que propicio que los novilleros no se sintieran a gusto en la muleta. Novillada a medias, que no fue motivo suficiente para ver la gracia de Barberan, las buenas maneras de Tendero, pero sí el progreso de Mario Aguilar. Apunten este nombre.
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