En el interesante blog de Carlos Crivell, www.todosobrelostoros.blogspot.com, se puede leer un interesante artículo de opinión sobre la "temporada taurina de los presidentes" de las plazas de toros en Andalucía. Dicho artículo refleja no sólo el malestar de cierta prensa, la más crítica e independiente (aunque a veces se equivoquen también), sino tambien las inquietudes e incertidumbres sobre la actitud de ciertos presidentes de plaza de toros, que son nombrados para mayor gloria de su ego personal, y disfrute de los empresarios y "tifus" en general. Mal estamos si vamos bajo ese sendero de tratar de "colocar" a Presidentes de medio pelo, o de dudosa afición, o siendo aficionados han llegado a la sumisión total del poder establecido, al "trinqueo" personal, y "favores entre partes" (iguales, por supuesto) y la dictadura más feroz y corrosiva de los últimos tiempos. ¡Niego pensar que el sistema funcione así!, pero con los actos que veo, con los intereses que existen, y los movimientos de algunos presidentes de medio pelo, que les dan "un carguillo" y se creen que tienen la verdad infinita, y el saber de "D. Pedro Romero", me hace reflexionar como lo hace Carlos Crivell.
En ese artículo de Crivell, se puede leer que «en las plazas andaluzas se han vivido situaciones absurdas cuando una corrida ha sido rechazada por los veterinarios porque no cumplían con el mínimo exigido para esa plaza y el presidente los ha aprobado por su cuenta. Esto ha pasado en Almería, Málaga, Algeciras y Huelva.» Continua relatando que «donde se produce la catástrofe de la mayoría de los presidentes de Andalucía es en el propio palco. Se permite que los toreros pidan el cambio de forma llamativa antes de que los toros lleguen al picador» y «se permiten tercios de banderillas con dos pares», y «no se contabiliza el tiempo de los avisos » y «se conceden orejas lamentables, ciertamente pedidas por la mayoría, pero que vulneran los principios elementales de la tauromaquia».
En ese artículo de Crivell, se puede leer que «en las plazas andaluzas se han vivido situaciones absurdas cuando una corrida ha sido rechazada por los veterinarios porque no cumplían con el mínimo exigido para esa plaza y el presidente los ha aprobado por su cuenta. Esto ha pasado en Almería, Málaga, Algeciras y Huelva.» Continua relatando que «donde se produce la catástrofe de la mayoría de los presidentes de Andalucía es en el propio palco. Se permite que los toreros pidan el cambio de forma llamativa antes de que los toros lleguen al picador» y «se permiten tercios de banderillas con dos pares», y «no se contabiliza el tiempo de los avisos » y «se conceden orejas lamentables, ciertamente pedidas por la mayoría, pero que vulneran los principios elementales de la tauromaquia».
Lo mejor del artículo, es el "recado" que deja en el tintero, y advierte Crivell, que los presidentes «son unos señores que no quieren problemas, incapaces de ponerse en el sitio y ser abroncados para defender los principios mínimos de la ética taurina. Lo único que quieren es seguir en el palco a toda costa sin molestar ni a la empresa, ni a los toreros ni a la masa vociferante que pide trofeos. Estos son los presidentes que pululan por los palcos andaluces. No todos son iguales, pero es preciso dejar claro que los de Huelva, Granada (todos los que suben, que son unos cuantos), Almería y Jaén son una verdadera calamidad y que alguien debería expulsarlos de los palcos para sanear el toreo.»
Atención especial a las plazas de primera como Sevilla, Málaga y Córdoba, donde pone especial enfaís en cuanto a los presidentes de las respectivas, cuando afirma que, «para que nada quede suelto, decir que en Sevilla, Córdoba y Málaga, plazas de primera, también son muy malos, con mención en la parte negativa para Gabriel Fernández Rey, Manuel Rodríguez y Ana María Romero. Con estos presidentes, la fiesta tiene otro motivo para ir en caída libre.»
Y el consuelo más infinito que todo aficionado echa de menos de una plaza de toros «Cómo echamos de menos a Paco Teja, a José Luis Fernández Torres, a Santiago Dueñas, a José García o a José Luis León.»
Atención especial a las plazas de primera como Sevilla, Málaga y Córdoba, donde pone especial enfaís en cuanto a los presidentes de las respectivas, cuando afirma que, «para que nada quede suelto, decir que en Sevilla, Córdoba y Málaga, plazas de primera, también son muy malos, con mención en la parte negativa para Gabriel Fernández Rey, Manuel Rodríguez y Ana María Romero. Con estos presidentes, la fiesta tiene otro motivo para ir en caída libre.»
Y el consuelo más infinito que todo aficionado echa de menos de una plaza de toros «Cómo echamos de menos a Paco Teja, a José Luis Fernández Torres, a Santiago Dueñas, a José García o a José Luis León.»
3 comentarios:
Mas razón que un santo tiene carlos crivel, pues todos los presidentes de los toros ponen el cazo y la manteca colora.
Muy buen articulo de Crivell; bien vista y analizada la situación "personal" de los presidentes. Excelente tambien la presentacion del mismo por parte de Juanma.
Creo que deberiamos acordarnos un poco en Antonio Pulido, metio la pata de acuerdo, pero sus intenciones eran pata negra el dia de marras.
Mejor dicho, creo despues de leerlo otra vez que la presentacion supera al articulo.
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