Ramón Magaña: "Las manos que acarician el cuero"

Mi buen amigo Ramón Magaña, novillero de los años 60, subalterno hasta el año 1989, funcionario de la Diputación Provincial de Almería, asesor de la plaza de toros de Almería, y sobre todo artesano de la piel expone estos dias en Almería, - en los Aljibes arabes - sus artículos en piel, y todo aquello relacionado con los toros (capotes, zahones, botos, fundones, etc,). ha sido motivo de un reportaje en el diario "Almeria Actualidad", y es por lo cual que le inserto dicho reportaje para que conozcan al bueno de Ramón Magaña, y sus quehaceres artesanales. ¡¡Suerte maestro, en esa exposición-venta anual!!, de la que doy fe, pues "consumo" algún artículo, que es un fuera de serie.
"Almeria Actualidad" 3/01/2010"
"Lleva 26 años exponiendo ininterrumpidamente sus trabajos realizados a mano. Los Aljibes Árabes vuelven a mostrar el oficio de un artesano "que intenta hacer las cosas lo mejor posible, con toda honradez y, al mismo tiempo, con una gran ilusión que es trabajar el cuero con la lentitud que merecen las piezas artesanales". Y es que las manos de Ramón Magaña convierten cada pieza realizada en piel en una obra de arte, mimada y tratada con auténtica pasión desde el momento en que la concibe.
En 1975 Magaña conoció en Madrid a Caco, un chileno con el que hizo una gran amistad y del que aprendió mucho de este oficio, un aprendizaje que continuaría de forma autodidacta. Su vinculación al mundo taurino ha imprimido carácter a muchos de sus trabajos, destinados por encargo para toreros de la talla de José Mari Manzanares, hijo; Morante de la Puebla, los hermanos Rivera, Fran y Cayetano; Luis Francisco Esplá; o Miguel Abellán, que se han convertido en clientes, pero por encima de todo en amigos de Ramón y para quienes elabora piezas como fundones de espadas, cajas de montera o trípticos.
Trabaja con distintos tipos de pieles como becerro engrasado y ternera engrasada, que es aún más flexible, con la que se realizan los zahones, botos camperos y algunas otras piezas de campo. Todo comienza con el dibujo de la pieza que Ramón tiene en su cabeza y cuando ya tiene claro el resultado final hace un boceto en cartón para comprobar que las medidas sean armoniosas. Con esas plantillas o patrones es cuando se pasa a la piel, elegida en función de la pieza a realizar. "Si es para viajar o para transportar, como un esportón de capotes o un fundón de espadas, se elige una piel rígida que previamente lleva una estructura o esqueleto metálico, para elaborar seguidamente con la piel y repujar en baquetilla de cuatro milímetros de grosor".
Bolsos, calzado, cinturones, o botos a medida, con pieles de ternera engrasada, más flexible y más duradera, forman parte del amplio catálogo de trabajo de Ramón Magaña, para el que no hay horas. "No hay que olvidar que esto es un hobby con el que disfruto tanto o más que con mi propia profesión como funcionario". Y para disfrutar plenamente, Ramón instaló un taller, "mi pequeño museo-santuario, en el que me he rodeado de todos mis recuerdos taurinos, personales y también laborales de la hostelería". El taller está situado en el número 31 de la calle Zagal, a 100 metros de la Plaza de Toros, y puede ser visitado por quienes saben apreciar el valor de un trabajo artesanal único en nuestra provincia y reconocido en otras muchos lugares de España.
En todo ese trabajo, Ramón Magaña cuenta con la inestimable ayuda de su mujer Agust. "Ella colabora en la misma medida que yo, es muy exigente y cuando la pieza está terminada tiene que pasar por su filtro para que le dé el visto bueno, porque hay que tener en cuenta que la mayoría de piezas están hechas para la mujer. En los complementos femeninos como bolsos, cinturones, llaveros, tiene una participación muy importante, especialmente en los interiores, terminaciones y cierres". El prestigio alcanzado por Magaña en el mundo del cuero trabajado a mano se basa en la gran calidad de las pieles que utiliza y la extraordinaria flexibilidad de las pieles empleadas."