Al no asistir a la corrida de ayer celebrada en Almería, os pongo lo más destacado de la prensa de lo acontecido ayer. No opino sobre una corrida que no estuve, pero me alegro por el triunfo de Torres Jerez, injustamente "apartado" de la Feria de Almería de 2010.
Carlos Crivell, en el diario "El Mundo": "La corrida fue una botica: hubo de todo. Y la noticia, por delante. Torres Jerez llegó para sustituir a Cayetano y salió a hombros por la Puerta Grande. Es el destino, siempre imprevisible, que le tenía reservada la gloria. Se encontró con un toro excelente por su codicia y casta, más que por su bravura, y le cortó las dos orejas. No es cuestión de ponerle sordina al premio. El toro, creo que con justicia, recibió el honor póstumo de la vuelta al ruedo. Las dos orejas del sexto son otra historia. En realidad, le perjudica la segunda, un regalo absurdo de un palco sin criterio."
El tercero fue mal lidiado, como toda la corrida. Recibió un puyazo en el picador de reserva. Embistió con toda su alma por abajo, buscando siempre la muleta, pero al final hizo amagos de rajarse. Su pelea fue siempre alegre, se quiso comer la muleta en cada embestida, por tanto, un toro de los que deben ser premiados, al margen de estos detalles.
Torres Jerez, muy bien. Venía de la calle de una doble amargura, una personal e íntima; la otra, la del torero al que no han puesto en los carteles de su tierra. El cielo le tenía reservado un toro y lo aprovechó. El análisis fino de la faena a ese codicioso astado de Victoriano del Río deja una labor entregada, templada y de arrebato., pero también de muletazos de largura y templanza, la que el toro merecía. A su trasteo le faltó reposo, pero cómo se le puede exigir a quien se vestía por segunda vez en la temporada. Con ese dato, Torres Jerez estuvo cumbre. No faltó de nada, incluso unos circulares finales. La espada cayó en mal sitio y el descabello fue presto. Dos orejas y la vuelta al toro.
El sexto desparramó la vista para ver el terno lila del almeriense. Era toros para taparlo siempre, algo de Torres Jerez no logró siempre. Con la derecha lo quiso desengañar en una faena movidita, que alcanzó su cenit en algunos pocos naturales en los que ligó para el animal perdiera de vista al diestro. Luego llegaron enganchones varios, pero a sus paisanos el asunto les importó poco. Sobró la segunda oreja. Flaco favor le hicieron, porque no se pueden igualar las dos faenas, ni tampoco premiarla más que la de Morante. Lo cierto es que Torres Jerez, que estaba en la calle, salió por la Puerta de la gloria."
Benjamin Hernández en el "Diario de Almería": "Torres Jerez ha demostrado que quiere ser torero. Y raza para ello tiene. Gloriosa tarde en la que ha cortado las cuatro orejas más importantes de su vida y para recuerdo con letras de oro de la historia de la tauromaquia de Almería. Llegaba con la negación de haberlo metido en unos carteles que son suyos. No era merecedor de la vía de la sustitución. Pero ha servido para que su dignidad torera se viniese arriba. Para olvidarse del mundo y saber que era su tarde. Para hacer callar bocas porque su ilusión es llenar la de los suyos con el éxito. Para hacer felices a todos los que creen en su toreo y capacidad.No importan los matices de lidia. Ni las justificaciones de las pocas tardes toreadas. Ni que si tiempos pasados fueron mejores. A Paco Torres Jerez han querido enterrarlo profesionalmente y no se ha dejado. Ha dicho a gritos que su vida es el toro. Que quiere torear. Que quiere más contratos. Que quiere ver pitón. Que quiere fincas y mejor vida para los suyos. Toreo vibrante mezclado con colocación, temple y juego de muñeca para ligar desplazando al toro como dirían los rubios que intento criar "hasta el infinito y más allá"."
El tercero fue mal lidiado, como toda la corrida. Recibió un puyazo en el picador de reserva. Embistió con toda su alma por abajo, buscando siempre la muleta, pero al final hizo amagos de rajarse. Su pelea fue siempre alegre, se quiso comer la muleta en cada embestida, por tanto, un toro de los que deben ser premiados, al margen de estos detalles.
Torres Jerez, muy bien. Venía de la calle de una doble amargura, una personal e íntima; la otra, la del torero al que no han puesto en los carteles de su tierra. El cielo le tenía reservado un toro y lo aprovechó. El análisis fino de la faena a ese codicioso astado de Victoriano del Río deja una labor entregada, templada y de arrebato., pero también de muletazos de largura y templanza, la que el toro merecía. A su trasteo le faltó reposo, pero cómo se le puede exigir a quien se vestía por segunda vez en la temporada. Con ese dato, Torres Jerez estuvo cumbre. No faltó de nada, incluso unos circulares finales. La espada cayó en mal sitio y el descabello fue presto. Dos orejas y la vuelta al toro.
El sexto desparramó la vista para ver el terno lila del almeriense. Era toros para taparlo siempre, algo de Torres Jerez no logró siempre. Con la derecha lo quiso desengañar en una faena movidita, que alcanzó su cenit en algunos pocos naturales en los que ligó para el animal perdiera de vista al diestro. Luego llegaron enganchones varios, pero a sus paisanos el asunto les importó poco. Sobró la segunda oreja. Flaco favor le hicieron, porque no se pueden igualar las dos faenas, ni tampoco premiarla más que la de Morante. Lo cierto es que Torres Jerez, que estaba en la calle, salió por la Puerta de la gloria."
Benjamin Hernández en el "Diario de Almería": "Torres Jerez ha demostrado que quiere ser torero. Y raza para ello tiene. Gloriosa tarde en la que ha cortado las cuatro orejas más importantes de su vida y para recuerdo con letras de oro de la historia de la tauromaquia de Almería. Llegaba con la negación de haberlo metido en unos carteles que son suyos. No era merecedor de la vía de la sustitución. Pero ha servido para que su dignidad torera se viniese arriba. Para olvidarse del mundo y saber que era su tarde. Para hacer callar bocas porque su ilusión es llenar la de los suyos con el éxito. Para hacer felices a todos los que creen en su toreo y capacidad.No importan los matices de lidia. Ni las justificaciones de las pocas tardes toreadas. Ni que si tiempos pasados fueron mejores. A Paco Torres Jerez han querido enterrarlo profesionalmente y no se ha dejado. Ha dicho a gritos que su vida es el toro. Que quiere torear. Que quiere más contratos. Que quiere ver pitón. Que quiere fincas y mejor vida para los suyos. Toreo vibrante mezclado con colocación, temple y juego de muñeca para ligar desplazando al toro como dirían los rubios que intento criar "hasta el infinito y más allá"."
Manuel Peñalver, en www.burladero.com; "Torres Jerez toreó muy bien de capa a este bravo tercero. Buen juego de brazos, ganando el terreno a su adversario para lancear a la verónica con buen estilo y disposición. El almeriense, consciente de su oportunidad en la feria, cuidó mucho al toro de Victoriano del Río con el objetivo de que llegara a la muleta con grandes posibilidades. El inicio de faena, entre las dos rayas, tuvo belleza y torería.
Muy firme de planta, cimentó series con la mano derecha en las que el temple brotó con sentimiento y sincera expresividad. Los naturales mantuvieron el nivel alcanzado con la mano derecha. Torres Jerez continuó aprovechando la fijeza, la bravura y la nobleza del buen toro de Victoriano del Río en el epílogo del trasteo, cuando se adornó con mucho garbo. Mató de una estocada perpendicular y un golpe de verduguillo al primer intento.
El torero local, con la puerta grande abierta, volvió a lucir en el recibo de capa. Torres Jerez, deseoso de reafirmar el triunfo, se hizo cargo de la lidia. Después, se dobló con el toro en el tercio y comenzó el toreo en redondo en los medios. Éste era un toro muy distinto al tercero; con unas características antagónicas. La embestida no era tan clara, ni mucho menos, ni tampoco la bravura. Al entrar en la jurisdiccion del matador, el toro embistió con la cara alta y enganchaba en ocasiones la muleta pese al esfuerzo de Torres Jerez para templarlo.
Pero la labor tuvo siempre firmeza y mucha disposición para salvar estos problemas. Una serie con la diestra y un circular, ya en el tramo final del trasteo, tuvieron mucha verdad. Torres Jerez se entregó siempre y buscó con decisión redondear el triunfo, lo que consiguió con un planteamiento distinto ante un toro diferente al primero que enlotó. Remachó de estocada desprendida y dos orejas que sumaron cuatro."
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