La «fiscalidad del interés»en el sector taurino.

La "Fiscalidad" de los toros a debate

Anda últimamente el patio revuelto en el sector taurino con el “presunto” traspaso de las competencias  que ostenta el Ministerio del Interior sobre la fiesta para traspasarlas a Cultura, y he querido “tirar” de hemerotecas sobre la importancia que el sector taurino otorga a la cultura taurina, entendiendo a ésta  como aquella manifestación que provoca un fomento y divulgación de la fiesta de los toros,  para explicar que lo que les importa, más alla del razonamiento artístico de la fiesta, es la “presunta” fiscalidad de la fiesta.  Reitero mi planteamiento. A empresarios, ganaderos y profesionales sólo les preocupa el dinero que se deje de invertir en la fiesta por un Poder Público cada vez más “asfixiado”, y que dicho poder o Estado no provoque al presión fiscal que según ellos están provocando en el sector.
La Administración para otorgar una subvención, dentro de sus potestades públicas como actividad de fomento, a una determinada actividad debe ponderar una serie de valores o indicadores que acrediten que dicha actividad económica se rige por un modelo productivo deseable y sobre todo si se motiva el interés público para concederla.
Al hilo de lo anterior comenta el Presidente de la Unión de Criadores de Toros de Lidia, D. Carlos Núñez en una entrevista al Correo de Vizcaya que actualmente «se ataca a la Fiesta por las subvenciones que recibe», y se desconoce que al espectáculo taurino «retorna más dinero público del que percibe».
La argumentación viene precedida de una pregunta “trampa” y bien dirigida, en cuanto que el “presunto traspaso” puede suponer la reducción del tipo de IVA del 17% al 8%. La contestación del representante de los ganaderos españoles no es baladí ,porque realmente lo que subyace en el fondo o esencia del futuro traspase a Cultura es el deseo del sector taurino de “fiscalizar” el dinero público que se otorga a la fiesta para que el propio sector sé autofinancie su actividad.
A esa conclusión llegaba el empresario D. Simón Casas en un diario económico hace unos meses, al serle preguntado por la viabilidad económica del “caché” de algunos toreros, el empresario galo respondía que «difícilmente, pero porque la fiscalidad nos roba una parte importante de la economía de la Fiesta. Si ese dinero se quedara en la caja de la tauromaquia, se podría pagar a todos los artistas.». Con esa contestación se fundamenta la “fiscalidad” de la fiesta, y los motivos esenciales que mueve al sector para que las potestades públicas sean controladas por el Ministerio de Cultura.
Por último, Casas, en el diario económico, y a la pregunta sobre la “abusiva fiscalidad de los toros” razonaba que las consideraba abusiva, ya que «El IVA del espectáculo es del 7% (8% desde julio), mientras que el IVA de la tauromaquia es el de los servicios, del 16% (18%). No queremos subvenciones, sino que no nos roben más el dinero con la fiscalidad. La esencia del impuesto es que lo que se recauda por un lado se reinvierta por otro. Pero ni un euro de lo que se recauda por IVA y por los cánones de piso de plaza revierte en la tauromaquia.».

Con esto se demuestra que la manifestación del traspaso a Cultura, como «eje principal del sector taurino» en su defensa más racional sobre la fiesta, no es el principal  problema sino en una  época de crisis financiera y económica, y sobre un espectáculo dañado en su línea de flotación por sectores “animalistas”, y con datos preocupantes sobre un sector en declive en los últimos años (ver cuadro), lo que esta provocando, que los empresarios y ganaderos ( y de paso los profesionales), quieran irse a Cultura por la “fiscalidad del interés”. Y así nos va.

Foto del cuadro: Diario Expansión