Andres Amorós: "la moda del sobrero no debe extenderse, pues puede quitar seriedad a la Fiesta."

Lo ha dicho Andrés Amoros en la crónica taurina del festejo de ayer en Valencia, tras la lidia de un sobrero por parte del valenciano Vicente Barrera.



Amorós dixit



Señala en el diario ABC de hoy domingo:



"Al concluir la corrida, cae el anunciado chaparrón (¡qué bien hubiera venido la proyectada cubierta!) y la gente huye pero Barrera pide el sobrero. Lo brinda a sus dos compañeros, que no han puesto inconveniente, y se muestra voluntarioso. El toro acaba rajado, en toriles, y Vicente, de rodillas. La estocada, entrando decidido, y el cariño de sus paisanos pone en sus manos una orejita.





Eso no obsta para que opinemos que la moda del sobrero —iniciada el otro día por Juan Mora en Vista Alegre— no debe extenderse, salvo circunstancias de verdad excepcionales. Puede ser un dato más para quitar seriedad a la Fiesta."

Me uno a esa reflexión de Amorós ya que en nuestra filosofía del espectáculo no debe "ritualizarse" (como ocurre en América) la extensión de la lidia, y que el sobrero sea el "escudo" de un torero para justificar una buena (o mala) actuación. Si a eso le unimos que la tarde estaba entrada en agua, y la gente salía corriendo de la "nueva" plaza de Valencia, explica que lo que hizo Barrera no tenía sentido alguno. Bueno si, la "orejita" del paisanaje con sabor a despedida explica el motivo de su benévola concesión.

Esperemos que a lo largo de la temporada no ocurran más despropósitos para pedir un sobrero a destiempo, porque como dice el crítico taurino, nos podemos cargar la seriedad de la fiesta.