Novillada de abono en Sevilla: Tarde de ida y vuelta(s) para Fernández Y Fortes.

Con tarde calurosa, y con menos de media entrada en los tendidos de la plaza de sevilla, se ha lidiado un encierro flojo y descastado de El Serrano, sin contenido ni emoción, y con una terna poco placeada a excepción de Jiménez Fortes, que ha evidenciado estar más puesto que sus compañeros.

Y eso que se venía por afición, no cabe duda, y por ver al malagueño Fortes, del que me gustó en San Isidro, y que reaparecía en Sevilla tras su cogida de Madrid. En fín una tarde que de ida a priori, era muy interesante.

Fortés hizo lo más
destacado

Ignacio Gonzalez, capoteó a su primero, con suaves verónicas pero faltas de ritmo ante la escasa raza del animal. En la muleta llegó justito de fuerza, y realizó una faena sin tensión y con grandes pausas que no despertó ilusión alguna. De condición noble pero carente de todo lo demás. Terminó rajándose el toro, también por las pocas ganas del novillero que estuvo frio y sin resolver del todo la papeleta. Con la izquierda ni lo intentó.

Con el cuarto, un animal mal picado, que le faltó casta y fuerzas, estuvo con la misma frialdad que con su primero, y queriendo hacer las cosas muy despacio. Sin oponente en condiciones es muy dificil. Otro toro que terminó por rajarse y con el personal pidiendo la muerte del animal.

Manuel Fernández llegaba a la Maestranza con dos novilladas picadas el año pasado. Con su manso primero, estuvo voluntarioso y sin complejos ante su escaso oficio. Porfió sin apreturas, y se acopló más toreando al natural. Lo mejor la estocada.

Con el segundo de su lote, al que le dejó estirarse con el capote, para dejar claro que esta muy verde con esta suerte. Con la muleta, se repitió el guión de su primero. Mucha voluntad, poca reciprocidad y una buena estocada. Petición leve de oreja, y vuelta por su cuenta, para nada merecida. ¿Quién lo engaña?

Jiménez Fortes sorteó un primer novillo sosote, y sin raza, que poco le dejó lucirse con la capa. Con la muleta, los pases de tanteo con despaciosidad y empaque tuvieron el eco del aficionado, a pesar de la escasa trasmisión del toro. Pecó de no colocarse en el sitio en algunos momentos, con animal que se defendía ante su escasa fuerza. Con la izquierda hubo pases de bella factura. Tras una estocada de impecable ejecución se le pidió una timida oreja, sin sentido y criterio. La vuelta al ruedo corrió de su cuenta.

Con el sobrero del mismo hierro, un novillo precioso de lámina, que desarrolló genio de manso, estuvo voluntarioso. Poco o nada pudo hacer sino dejar constancia de sus buenas maneras, lastima que el novillo no le dejara, y también que el novillero no le diera algo más de sitio, ya que en algunas fases de la faena lo ahogaba. Puso muchas ganas, pero aquello carecía de emoción. Pero es un novillero que quiere agradar. Tras una estocada algo desprendida, y un descabello.....dio otra vuelta por su cuenta...y van dos. ¿Quién los engaña?.....

Lo dicho, una tarde de ida y varias vueltas sin sentido. Así estamos en Sevilla.

P.D. De la corrida de El Serrano, Sr. Canorea, dedle un descanso, al menos una temporada, porque ha sido una mansada insufrible.