Última de San Miguel: Curro Diaz también sabe torear en Sevilla

Cartelón en la plaza de toros de Sevill para presenciar uno de los carteles más interesantes del abono, y que el "figureo" taurino olía a gran triunfo de Juli y Manzanares. Pero, con un lleno hasta la bandera, al que han visto torear despacio ha sido a Curro Díaz, y con un pellizco, digno del mejor toreo eterno visto en Sevilla. Así son las cosas, y el toreo, y Diaz ha demostrado que sabe torear en Sevilla.

Se ha lidiado una corrida de El Pilar-Moises Fraile, de buena presentación y tipo, pero que por dentro le ha faltado raza y motor. Sólo destacar el 1º y 2º, este último con matices, y todos han manseado y han sacado genio en el último tercio de la lidia.

Curro Diaz, que volvía a Sevilla, tras la cornada de Abril, se relajó con el manso primero de su lote, y fraguó una faena artística, con mucho sentimiento, y ligando tandas de derechazos muy desmayados. Faena justa, muy acompasada, y haciendo las cosas muy despacio, que solamente toreros de su corte son capaces de realizar. Una serie al natural de gran categoría, y uno especialmente largo, acabó en un estallido emocional en la plaza. Una faena bien estructurada, con detalles, cambio de manos, trincherillas, y una pase de la firma de bello empaque. Toda esa abora de arte fue rubricada con una gran estocada, lo que le valió una oreja de ley, aunque el público le pidió la segunda, pero no de forma mayoritaria.

Con el manso cuarto, y la incultura del público de Sevilla por protestar la devolución de un toro que desparramaba la vista y manseó de forma ostensible, Curro lo despachó con profesionalidad, y demostrando que a un toro sin raza, y algo de genio, que le costaba meterse en los engaños, que le puede pegar pases a esos toros. Faena voluntariosa de pequeños detalles, y en el que Diaz tiró de oficio y clase. Lastima que el toro no sirviese.

"El Juli" aplica el toreo moderno de manera excelente, pero lo hace con esa inteligencia y poder que solamente unos pocos pueden hacer. Con su primero, un toro flojito y que apretó en el caballo, y que desarrollo genio en la muleta. Mando Julian en series con la derecha muy poderosas, pero el toros se quería rajar. Y ahí el mérito de una faena que fue de menos a más, y basada en la mano derecha, con tandas muy mandonas, y un cambio por la espalda de escalofrio y medio. Firmeza y poder y mucho toreo en la cabeza de esta figura del toreo. Eso sí, aplicando el toreo moderno hasta en la suerte de matar donde esta vez el famoso "julipie" le costó que todo quedase en una ovación.

Con el quinto, otro toro suelto de salida, y que transmitió muy poco en la muleta. Lo intento "El Juli", incluso un quite por chicuelinas, pero aquelló no terminó de despegar. Muchos pases pero muy poca profundidad, y sin las apreturas deseadas. "El Julipié" volvió a fallar.

José Maria Manzanares, lució a un toro que en los primeros tercios apretó, sobre todo en el caballo que derribó en dos ocasiones al caballo, más por genio que por bravo, y que se paró en la muleta. Las hechuras del toro no eran propicias para una embestida noble y por abajo, y el de Alicante lo intentó todo, pero era imposible sacarle un muletazo a una mole de 608 kilos. Tras una estocada algo desprendida y tendida se le aplaudió por el respetable.

Con el sobrero de Salvador Domecq, que fue excelente y magistralmente lidiado por Curro Javier, y ejecutadas las banderillas por Juan José Trujillo y Luis Blazquez, el de Alicante estuvo por encima de su oponente. Un toro con escasa raza, y con cierta incertidumbre por ambos pitones. Incertidumbre que era más delicada cuando Manzanares lo citaba al hilo del pitón y sin cruzarse demasiado. Todo quedo en una ovación.

Saludo en el 3º, Curro Javier, que se desmonteró al banderillear de forma eficaz.

Foto: Que.es