Plaza de Toros de Sevilla. ¼ de entrada, en tarde calurosa
Al finalizar el paseíllo, se guardó un minuto de silencio por el banderillero sevillano Luis González, fallecido recientemente.
6 toros del Marqués de Domecq; correctamente presentados, variados de pelo y parejos, a excepción del sexto, de más peso y alzada. Bueno el tercero en la muleta, se dejaron segundo y cuarto, descastado el primero, soso y blando el quinto y peligroso el sexto.
Muy buena faena de Nazaré, oreja de poco peso para Cortés y reafirmación de Mora.
Abrió plaza Salvador Cortés ante un castaño que no quiso saber nada del capote del sevillano.
En el caballo, marró el picador en el primer intento, perdiendo incluso la puya y derribando sin consecuencias. También marró el piquero en el segundo puyazo, que simplemente señaló.
David Mora intentó el quite, al principio por chicuelinas, pero fue desarmado. A continuación, instrumentó dos chicuelinas y media verónica de remate, aplaudidas. En banderillas fue bien lidiado el toro por Juan José Domínguez, clavando un buen tercer par Juan Carlos de Alba. Tras brindar el toro, comenzó el trasteo con la mano derecha, perdiendo el toro las manos si se le bajaba la muleta. A continuación se pasó la muleta a la izquierda Salvador Cortés, resultando los naturales enganchados. El toro fue a menos, mostrando sosería en sus embestidas, sin posibilidad de lucimiento para Salvador. Tras un primer pinchazo en la suerte natural, cobró una estocada casi entera en la suerte contraria, saliéndose de la suerte. El toro fue silenciado en el arrastre y el torero aplaudido.,
El segundo de la tarde, primero del lote de David Mora, era un sardo de precioso pelaje. Corretón de salida, como toda la corrida, no metió mal la cara en el capote. Tras una primera verónica con una rodilla en tierra, y salir suelto el toro, David Mora se fajó con el toro recetando dos verónicas a pies juntos y cuatro con el compás abierto, rematadas por media. Saludo capotero con gusto, aplaudido por el respetable.
En el caballo el toro no peleó con codicia, recibiendo dos picotazos de trámite. Nazaré quitó por ajustadas chicuelitas, rematadas por media verónica. Bien en banderillas Ignacio Rodríguez “Puchi”. Tras brindar al respetable, Mora citó al toro de lejos, presentando la muleta plana y por delante, acudiendo un poco rebrincado. En la segunda tanda con la diestra, el toro se fue atemperando, rematando con un precioso pase de pecho. El toro fue a menos, comenzando a echarle la cabeza arriba al final de los muletazos, parándose cada vez más y provocando enganchones respondiendo el torero con valor y aguantando. Tras adornarse, consiguió una estocada entera en la suerte natural de rápido efecto: petición de oreja no correspondida por la presidencia, por lo que fue pitada; el toro, aplaudido en el arrastre y vuelta al ruedo merecida para Mora, muy por encima de su oponente.
Antonio Nazaré recibió al negro que hacía tercero con un muy buen toreo a la verónica, ganando terreno a cada lance y terminando en el centro del ruedo donde acabó con un alarga a una mano. En el caballo, arrancándose de lejos, el toro (dormido en el peto), recibió un castigo medido por el piquero, que señaló simplemente en el segundo puyazo. Corté realizó un quite por verónicas deslucido, estando aseada la cuadrilla de Nazaré en banderillas ante un toro que lucía dos buenos leños.
En la faena de muleta vimos lo mejor de la tarde. Tras brindar al respetable, el de Dos Hermanas inició la faena de muleta con la derecha, evidenciando ya el toro calidad en su embestida. Con la segunda tanda ya se conectaron público y torero, arrancando, además, la música. Tras una tercera tanda por el lado derecho, comenzó el toreo al natural, siendo desarmado el matador al pisarle el toro la muleta. Calla la música. Pero a partir de ahí la faena subió en intensidad y calidad, con un toreo con la izquierda de mano baja, templado y largo que arranca de nuevo a la banda. La siguiente tanda, citando de frente al toro al natural, con el pecho por delante fue muy buena, rematada por un molinete y el de pecho. Tras adornarse con ayudados por bajo con las piernas flexionadas, Nazaré recetó un estocada entera en la suerte natural, aunque un poco contraria. Acertó con el descabello a la primera, le fue concedida justamente la oreja y se ovacionó el astado en el arrastre.
El cuarto de la tarde, de pelo negro. Como toda la corrida, abanto y suelto de salida, impidió lucirse a Cortés con el capote. No quiso saber nada del caballo, saliendo huyendo del primer picotazo, haciendo sonar el estribo y cabeceando en el segundo encuentro. Tras una revolera inicial, Mora se echó el capote a la espalda en el quite, terminando con otra revolera. Deslucido. Cumple la cuadrilla en banderillas, lo pares muy traseros. Brindis al público de Cortés. Tras colarse el toro en el cuarto muletazo con la mano derecha, Cortés se pasa la muleta a la izquierda, pero los enganchones son continuos, cogiéndole el aire a la embestida del toro en la siguiente tanda, en la que hubo alguno de mérito pero que no llegó a los tendidos. El toro se va apagando y acaba rajado. Estocada magnífica en la suerte contraria, de efecto fulminante, que rueda al toro sin puntilla. Lo mejor de Cortés en toda la tarde, una oreja. Palmas en el arrastre.
El quinto fue un colorao soso, blando y parado. Perdió las manos de salida y cuando no lo hacía, las echaba por delante. Tomó una primera vara larga con la cabeza fija en el peto, cumpliendo sin más en la segunda. Pidió el público la devolución del toro pero no fue aceptado por la presidenta. Mora inició su trasteo pegado a la raya del tercio, pero seguía manifestando el toro una acusada falta de fuerza, manejando el diestro la muleta a media altura para evitar su caída. El manchego estuvo por encima de su oponente, evidenciando su gran momento y recetando una buena estocada al segundo intento en la suerte natural, entrando recto y por derecho. Ovación para el torero, pitos para el toro.
En el sexto, el de más peso de la corrida, la plaza estaba impaciente deseando el triunfo de Nazaré. Le recetó de salida un buen saludo capotero, rematado en la boca de riego con dos medias verónicas. El toro se arrancó al picador que hacía puerta, recibiendo el segundo puyazo por el piquero de turno, que lo cogió bien, ante un arrancada violenta de el del marqués. En la muleta, el toro tuvo una embestida tarda y sin humillar, echando la cara arriba el final de cada muletazo. Con un viaje cada vez más corto, acabó violento y peligroso en la franela, arrimándose el torero para compensar la condición del astado. Estocada entera, ovación para Nazaré y pitos para el toro en el arrastre.
*Cronica de Ignacio Tallón Yáguez, aficionado de Sevilla
Foto: Sevillatoro (Alvaro Pastor)
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