Antes de hablar sobre otra cosa recordar que el hombre propone, Dios dispone y … (en este caso) la gripe descompone. Ello ha provocado el retraso en este adorno.
Una temporada se puede seguir en vivo, por la tele o por las crónicas. Las dos últimas pueden llevar a engaño por la subjetividad del que valora tanto en crítica como en comentarios televisivos. Por eso es preferible ceñirse a lo que uno ha visto o quedarse en la fría realidad de los números. Prefiero lo primero.
A la hora de valorar a los toreros no vale aquello de “Fulanito de Copas es el mejor”. Eso tiene vigencia para el deporte donde el mejor es el que más veces gana. En la torería son otros los parámetros. Por supuesto no es el mejor el que más corridas torea ni el que más orejas corta. Pero no quiero restar importancia a tales hechos pues significa que tienen tirón, que saben conectar con el público o que su campaña de marketing es categoría.
El escalafon es el escalafón y hay por ahí quien, con mucho mérito, pero cargado de subjetividad, construye un escalafón con otros criterios que no dejan de ser simpáticos e incluso orientativos para determinado tipo de aficionados. Que si una oreja en Villacorcojo de Abajo, vale 2´6 veces lo que otra en Villacorcojo de Arriba y en este plan. Así que nos ajustaremos a la temporada sevillana. En ella han actuado casi todos los líderes del escalafón y han triunfado otros que andan por el pelotón, como en ciclismo.
El maestro Diaz Cañabate no tomaba ni una sola nota en las corridas. Decía “cuando llego a la redacción, de lo que me acuerdo es lo que, para mí, ha pasado”. No es mala forma de hacer un resumen.
Ha sido de resultado algo interesante si no fuera por la comodidad del ganado ante el que se produjeron los triunfos. La importancia de lo realizado la da el enemigo al que tienes que vencer. Los toros con dificultad, difícilmente provocan triunfos gordos; mas cuando se producen el eco es mucho mayor. Las reses colaboradoras también son una dificultad si no se las ven con un torero en condicionas. Sería bueno recordar aquello de Juan Belmonte cuando un torero de algo menos que de medio pelo, le dijo “Juan es que todavía no me ha salido un toro bravo. El Pasmo de Triana le contestó “ Pídele a Dios que no te salga ninguno.
Bravo fue Arrojado el toro de Nuñez del Cuvillo al que José María Manzanares le hizo faena para el recuerdo la tarde del polémico indulto. Quien lo hereda no lo hurta y Manzanares, hijo, tiene todos los ingredientes para marcar una época. Que lo haga o no, sólo depende de él mismo. También El Juli dejo sello de su maestría. Torero al que casi todos los toros le valen. Con esa técnica y el valor que gasta puede seguir así hasta que quiera.
Morante es otra historia. Es de los pocos toreros que con el capote es capaz de formar una guinea y con la muleta puede poner a hervir el cotarro, dándolos de uno en uno. Si el toreo es ligazón desde Chicuelo para acá, hay espadas que no lo necesitan para seguir estando en el machito. El genio de La Puebla es uno de ellos. El toreo de capa, que en otro tiempo era una de las señas de identidad de la Tauromaquia, cada vez está más adocenado. David Mora también anda bien en este palo.
El Cid está poco a poco remontando el pandero y Daniel Luque se cubrió. Esaú Fernandez en su alternativa proclamó que puede navegar bien en esto. Los demás casi no tuvieron género. No hubo grandes petardos aunque en el apartado del ganado los pegaron de todos los colores y tamaños. A final de temporada, Nazaré pregonó bien a las claras que habrá que contar con él. De todas formas no es una temporada para enmarcar.
Otro año más sin José Tomás.
Al escribir este adorno se me vino a la memoria una frase de Ángel Labruna, el mítico jugador de futbol argentino,refiriéndose al fútbol moderno: “Lo que veo ahora ya lo he visto. Lo que veía no lo veo”. Cualquier tiempo pasado no fue mejor; pero que fue distinto.
*Luis Garcia Caviedes, Psicoanalista, escritor y aficionado de Sevilla.
3 comentarios:
"Por supuesto no es el mejor el que más corridas torea ni el que más orejas corta." Completamente de acuerdo con LGC.
Otra cosa distinta es un escalafón. Y ahí sí creo que algo se aclara cuando se ordenan los matadores puntuando más Madrid que Villacorcojo. Los aficionados ya lo sabemos sin necesidad de "calcular números".
Pero el gran público que flipa con los mediáticos no tiene tan claras las diferencias entre un Rivera, un Talavante y un Fandiño. Bueno, a éste ni lo conoce. Pensará que es primo de El Fandi.
Un saludo, Juan.
Te entiendo Juan tu reflexión. Es así, al "neofito" espectador "fandilista" es al que hay que matizar, con datos objetivos, que por muchas orejas que se corten, no es mejor torero.
Un saludo,
no entiendo lo de la television.
yo le quito el sonido.
el cortinar
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