Luto en la «Almeria Taurina».

Abelardo, primero por la derecha

A primera hora de la mañana me llamaba mi buen amigo Alberto Gutierrez para trasladarme una triste noticia, y es la muerte a la edad de 77 años, de Abelardo Guil Salas, amigo de la familia, y un aficionado taurino de Almería que merecia la pena conocer. Son muchos recuerdos los que se me vienen a la cabeza, pues con Abelardo he compartido muchas tardes de toros, como vecino de localidad de abono en el tendido 3 de la plaza de toros de Almería, y amenas y distendidas charlas sobre los conceptos del arte de torear. Por razones de edad yo me limitaba en los comienzos de mi afición taurina, porque así me lo enseñaron, a escuchar a las personas que sabian de toros, y toreros, de castas y de ganaderías, de los éxitos, y los fracasos, de aventuras y desventuras, y de todo ello, junto a mi padre y mis tios, pero siempre aprendí de Abelardo esa modestía y la sencillez para disfrutar de los toros como nadie.
Integrante activo del grupo de aficionados que siempre estaba dispuesto para presenciar alguna corrida de toros en cualquier sitio de España, siempre y cuando su mujer, la simpatica Herminía, le daba el «permiso de la Autoridad» pertinente.

En los últimos años, sus problemas de salud le impedían presenciar en directo un espectáculo taurino, pero por la televisión, cuando tenía la ocasión, con su inseparable amigo Francisco Pérez Company, se disponía a disfrutar de las faenas de los toreros que el apreciaba, como la de «Morante de la Puebla», en Bilbao, donde constaté que disfruto de esa faena. 

La «Almería Taurina» pierde un gran aficionado a los toros; yo un amigo, un auténtico Señor, y quién suscribe estas líneas, le estará agradecido por haber compartido su afición con este humilde aficionado. Siempre te recordaremos Abelardo. Descanse en Paz.

Foto: Verónica Soriano. Archivo de Perez@larcón. (Feria de Almería 2008)