Acabamos de empezar un nuevo año, y como siempre en la vida laboral, familiar, e incluso social, nos aventuramos a cambiar ciertas rutinas o ciertos comportamientos que nos mueva a ilusionar la andadura anual, y si es en tiempos de crisis e inestabilidad económica, mejor que acaso, pues antaño, dicha rutinariedad se convertía en puro deseo banal sin ninguna idea preconcebida. Ahora con ese elemento en el panorama todo cambia.
Ciñéndonos a los toros, y a la delicada situación actual, podemos decir que 2012, es otro año, con otros nuevos propósitos, y debemos los aficionados estar siempre alerta sobre dichos motivos, y con la mente puesta en todo lo que se esta haciendo mal. ¿Pasaremos otro año con el sector “cazando moscas”?; ¿sé dignificará la integridad de la fiesta?; ¿se asumirán compromisos y obligaciones por parte de los profesionales?; ¿bajarán los empresarios los precios de las localidades?; ¿se lidiarán, preferentemente, otros encastes genealógicos diferentes a los habituales de Vistahermosa=Juan Pedro?; ¿se mejorará la oferta en las plazas de toros?....Si continuase con las preguntas, habría tantas, como aficionados e inquietudes por mejorar la fiesta existen, por lo que debo dejarlas para que el lector se las auto-cuestione, y seguro que mejor que el que suscribe las contestará. Son propósitos para este año, y son los que de verdad importan en la fiesta.
Aprovechemos este año para que esos propósitos resplandezcan, y convirtamos la esencia de la fiesta de los toros en realidad, y todo aquello que los aficionados, con diferentes formas y modos, reivindicamos a lo largo del año, encuentre su fundamento último a lo largo de este año. Luchemos por ello, y pidamos orden y sacrificio, y por supuesto la integridad que todos nos merecemos. Ahora toca todo eso, en lo político…..y en lo taurino.
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