Aspectos tendidos de Sol |
Con temperatura agradable, con menos de media plaza cubierta de aforo, y con un sol primaveral que no apretaba pero acomodaba su presencia en los tendidos, se ha lidiado una corrida del Conde la Maza, desigual de presentación, con tres toros (1º, 2º 3º y 4º que aparecían armónicos, y otros dos (5º y 6º)que bajaban el listón de los primeros. Corrida en aspectos generales mansa y desrazada que mantuvo a prueba a los toreros. mas manejables, 2º 4º y un 6º, con muchos matices, el mejor de la tarde.
Luis Bolivar lidió un primer toro de intachable presencia, pero que topaba y echaba la cara alta en los engaños, y que no le permitió mayor lucimiento. Pases de uno en uno, al hilo del pitón sin que aquello tuviera algo de lucimiento. Toro sin la raza suficiente para embestir. Aplaudir el certero cachetazo de Domingo Navarro.
Con el segundo de su lote, otro mansito, apretó en banderillas, y tuvo una lidia algo desconcertante. El toro que se rajó en la muleta, tomaba los primeros pases pero al tercer muletazo se orientaba y a base de porfiar y dejarle la muleta en la cara, el colombiano sacó alguna tanda meritoria por el lado derecho, que motivó que la banda tocase, sin merecerlo, la música en la Maestranza. Faena larga que fue refrendada con una estocada algo desprendida. Saludo desde el tercio.
Salvador Cortés saludo de forma animosa al primero de su lote que tuvo el defecto de mansear en el caballo y esperar en los primeros tercios. Tras las banderillas, el toro cogió algo de aire para que Cortés dibujase alguna serie con la mano derecha, pero sin las apreturas, distancia y colocación deseadas, lo que se tradujo en una faena sin sustancia mientras el toro aguantó. Debió estar mejor con ese toro. No hay que olvidar un quite a ese toro de Joselito Adame, por chicuelinas que encendió al público asistente.
Con el quinto, un toro cinqueño, feo de hechuras, y que no debió salir por chiqueros, no tenía clase y casta para embestir. Perfilero y sin rematar, Cortés buscaba distancias y equilibrios, pero la sosería del animal, y su propia decisión motivaron que el público se impacientara. Tarde de silencios para el de Mairena del Aljarafe.
A Joselito Adame le tocó en suerte un manso de libro, que fue lidiado con muchas precauciones por una cuadrilla poco experta en lidias para mansos. Topó en los caballos y tras varías espantas le pegaron un puyazo fuerte. Ese puyazo sirvió para que el toro se enterase. Adame demostró firmeza y decisión, y un sentido de la colocación estupenda que sirvió para pegar una serie de derechazos muy cadenciosos y templados, de mano baja que auspiciaban una mejoría del toro, y sobre todo levantaron la moral del público asistente. Quizás lo mas templado de lo que llevamos de feria. Pero el animal que debió afligirse con el castigo en varas, que se echó al suelo en el remate de dos series, y Adame tuvo que tirar por la espada ante el panorama desolador. Un manso que no quiso pelea. Tras recetar una estocada algo desprendida, fue obligado a saludar desde el tercio por la firmeza demostrada. Detalles muy positivos de Adame.
Con el último de la tarde, otro toro que bajaba en la presentación respecto a sus otros hermanos, dejó un buen sabor en un quite por Lopesinas, rematada con una larga a una mano muy personal. Antes Domingo García picó bien al toro que apenas apretaba con casta y nobleza. En la muleta Adame confirmó su disposición, y la aptitud por apostar por el toreo clásico. Comenzó por pases por alto, muy firmes y con la planta quieta que fue rematada de forma magistral con un pase del desprecio elegantísimo. El toro no apostaba por la continuidad pero a base de constancia Adame firmó lo mejor con una serie entregada de naturales, embarcándolo con la panza de la muleta y ofreciéndole el medio pecho. Empaque y cadencia con un toro que no valia un duro. Después con la mano derecha cocinó al toro con la misma receta. Actitud del toro azteca para demostrar sus buenas maneras en Sevilla. Con creces ha justificado su acertada presencia en la feria. Tras una faena que bajo de nivel, mato de una estocada algo tendida, que fue suficiente para cortar una merecida oreja. Buen debú del mejicano en Sevilla.
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