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lunes, 18 de febrero de 2013

Reflexiones de un aficionado práctico

«Gracias al Club de Aficionados Prácticos Taurinos he tenido la gran suerte de asistir al Curso de este pasado fin de semana, celebrado en la Plaza de Toros de Espartinas y en la finca “Las Cruces” del ganadero Manuel Vázquez Gago en Hornachuelos. Una amiga mía argentina, cuando veía algunas fotos me preguntaba intrigada qué estaba haciendo. 
¿Cómo puedo explicarle a alguien que nunca ha visto una corrida qué es la tauromaquia? ¿Qué es una dehesa? ¿Qué significa el silencio de la plaza de tientas? ¿Por qué se arranca una vaquilla de lejos y repite entrando al caballo? ¿Cuánto pesa un capote o una muleta? ¿Por qué hay personas dispuestas a jugarse la vida? ¿Por qué la sangre? ¿Y la muerte? 
Para mi, arte es todo aquello que consigue emocionarme: una pintura, una escultura, una composición musical, una danza, …. Y yo, en los toros, encuentro todo eso, y mucho más, porque una parte importante de esa obra de arte es un animal bravo, irracional.
Han sido muchas las lecciones que he aprendido estos días gracias a un plantel de profesionales del mundo del toro de campanillas. Todos ellos siempre dispuestos a enseñarte pacientemente, a ayudarte, a animarte; pero también gracias a muchos de los participantes que me daban permanentemente un ejemplo de auténticos aficionados. Aprender las distintas suertes: coger un capote, una muleta, poner banderillas, el tercio de varas, la suerte suprema… está muy bien, pero hay otras lecciones que tienen todavía un valor, para mí, mucho mayor: He visto y vivido que la tauromaquia son técnicas ancestrales que el hombre ha ido adquiriendo para criar, seleccionar y dominar uno de los animales más hermosos de la creación . He aprendido que la lidia es una lucha a muerte, cuerpo a cuerpo, pero donde también hay un diálogo, un lenguaje profundo y misterioso, entre el hombre y el toro. 
He mirado a los ojos de la vaca, frente a frente y he sentido de cerca el arranque de su embestida noble a mi llamada. Que hay muy pocos animales en la naturaleza a los que se le pueden atribuir los adjetivos y cualidades del toro: nobleza, bravura, fuerza, trapío,.. 
He sentido el silencio respetuoso de todos los aficionados presentes que observaban la tienta de las vaquillas en la plaza, incluso cuando toreaba torpemente un principiante como yo. He practicado asombrado algunos movimientos armoniosos del toreo a pie que me recordaban el taichí y las artes marciales. Y que el toreo de verdad empieza ofreciendo el pecho, por derecho, de frente, como una filosofía y un modo de ir por la vida Creo que la fiesta de los toros tiene unas raíces demasiado profundas como para que caiga, pero hacen mucha falta iniciativas brillantes como ésta que den a conocer más la fiesta. 
Dicen que no se puede querer lo que no se conoce y yo, después de la experiencia de este fin de semana, quiero a los toros más que nunca y ha aumentado mi respeto y admiración por todas aquellas personas que tienen la suerte de querer y vivir intensamente la fiesta. 
Gracias, maestros.» 

Reflexión de Miguel Presencio. Aficionado práctico, y publicado en la página Web del Club de Aficionados Prácticos.

Foto: Perez@larcon

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