Con el espectáculo ofrecido esta tarde no se hace afición. Y hoy es de esas tardes que el que suscribe esta crónica a modo de aficionado siente enorme pesar y tristeza por acudir a un festejo donde la emoción, integridad y sensibilidad de un espectáculo tan singular no ha existido, y ha provocado que en los tendidos la gente haya protestado por el hartazgo ofrecido.
La corrida de Juan Pedro ha sido mansa, desrazada y justa de fuerza, además de mal presentada, con algún toro que no debió salir por chiqueros. Y con este mimbre es imposible hacer un cesto, por mucho que se anuncien las figuras del toreo con estas ganaderías.
Morante de la Puebla con su primero que salió algo abanto, le receto 3 verónicas y una media de remate. Cuida y mima al toro. Una media para dejar al toro al caballo presagiaba algo grande. Un toro que acusó el primer puyazo. El segundo fue un merito tramite porque el toro perdió la raza que le quedaba. En la muleta demostró que era un toro sin raza y clase alguna y Morante abrevió. El público no lo entendió y la división de opiniones fue su resultado.
Se equivocó con el invalido cuarto pues apostó por el tras el caballo cuando el toro si se le hubiera echado un capote al suelo hubiera rodado por el albero de la Maestranza. Apostó por encubrir una supuesta estafa y logro que la gente se irritase y es que como dijo el maestro Curro....«yo era un torero de irritar más que de cansar»...pues eso. Tras un pinchazo hondo un silencio en la plaza.
Julián López "El Juli" se embraguetó con su primero, toreando a pies juntos a la verónica de forma templada y suave, destacando la media para cerrar la serie. Se dolió en el castigo con mansedumbre y las fuerzas estaban al límite. En la muleta se repitió la historia y el madrileño apenas pudo destacar artísticamente ante la poca acometividad del toro. Tras una estocada trasera y un «julipié efectivo se le silencio su labor.
Sorteó un mansito de Parladé que apenas sirvió y demostró su desrazada y descastada bravura en el tercio de muleta. Solo sus lances a la verónica resaltaron. Después vino la mansedumbre y la invalidez de un toro que le faltaba alma, corazón y vida.
Alejandro Talavante vio como se devolvía un toro inválido, que fue sustituido por otro de Juan Pedro, que se tapaba por la cara y que recibió un saludo capotero discreto. Fue al caballo con cierta alegría y tras un leve castigo parecía que el toro tenia cierta clase. Pero en la muleta el toro demostró cierta nobleza por el pitón derecho, pero Talavante se dio cuenta muy tarde del pitón del toro. Faena con altibajos de planteamiento siendo lo mas destacado dos series con la diestra. Con la izquierda apenas tuvo toro con la transmisión deseada. Fue solicitada una oreja pero sin que la petición fuese mayoritaria. Bien el Usía al no concederla.
Con el sexto de Parlade la historia se volvió a repetir. Se gustó con el saludo capotero pero el animal carecía de emoción y casta. Sorprendió el brindis al público pero la faena no tuvo intensidad y ritmo y la gente solicitaba que el atraco no fuese tan prolongado porque ni Sevilla, ni su afición se merecían el despropósito visto esta tarde en la Maestranza. Un atraco sin precedentes.
Sorteó un mansito de Parladé que apenas sirvió y demostró su desrazada y descastada bravura en el tercio de muleta. Solo sus lances a la verónica resaltaron. Después vino la mansedumbre y la invalidez de un toro que le faltaba alma, corazón y vida.
Alejandro Talavante vio como se devolvía un toro inválido, que fue sustituido por otro de Juan Pedro, que se tapaba por la cara y que recibió un saludo capotero discreto. Fue al caballo con cierta alegría y tras un leve castigo parecía que el toro tenia cierta clase. Pero en la muleta el toro demostró cierta nobleza por el pitón derecho, pero Talavante se dio cuenta muy tarde del pitón del toro. Faena con altibajos de planteamiento siendo lo mas destacado dos series con la diestra. Con la izquierda apenas tuvo toro con la transmisión deseada. Fue solicitada una oreja pero sin que la petición fuese mayoritaria. Bien el Usía al no concederla.
Con el sexto de Parlade la historia se volvió a repetir. Se gustó con el saludo capotero pero el animal carecía de emoción y casta. Sorprendió el brindis al público pero la faena no tuvo intensidad y ritmo y la gente solicitaba que el atraco no fuese tan prolongado porque ni Sevilla, ni su afición se merecían el despropósito visto esta tarde en la Maestranza. Un atraco sin precedentes.

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