Esta segunda de Feria tenia un aliciente, y era encontrar el momento y situación de tres toreros con trayectorias desiguales en esta temporada, y planteamientos de su carrera bien distintos, sobre todo teniendo en cuenta el circuito donde cada diestro ha hecho su "agosto". Y hoy era el día para despejar las dudas sobre su futuro, y la incógnita con la que afrontar el año que viene. Y al final podemos decir que Miguel Angel Perera es el único que ha podido sacar algo positivo. Con algo menos de 3/4 de plaza, y con algunas calvas significativas en sombra, se ha lidiado un encierro muy desigual presentado de García Jiménez, que se ha caracterizado por ser un encierro ha rozado la invalidez, han manseado en el caballo - apenas se ha picado - y le ha faltado mucha raza. Algún toro ha tenido mas movilidad (como 1º y algo el 4º), pero que en términos generales ha sido una corrida pobre en bravura.
Manuel Jesús "El Cid", pechó un toro que tuvo más fundamento de inválido que de toro bravo, lo que pasa es que el oficio del torero de Salteras tapo muchos defectos del toro. Un toro flojo que apenas se picó y que recibió un discreto saludo capotero. En la muleta templo con la derecha pero sin las apreturas deseadas. Mejor las siguientes series con pases de pecho de excelente ejecución. Luego con la izquierda la faena perdió intensidad ante la poca firmeza de un torero que debió apretar más el acelerador. Faena de mas a menos que tras un pinchazo y estocada baja, fue ovacionada por el cálido público sevillano.
Con el ultimo de su lote un toro de discreta presentación que tuvo también la raza justita pero que en la muleta le dejo estar a gusto. Lastima que el torero no sea el de hace unos años, y la faena perdiese la intensidad suficiente para que aquello transcendiese. La Banda de Música del Maestro Tejera quisoó ayudar con un pasodoble tempranero pero el de salteras tiró de oficio y voluntad. Faena que se diluyo comom azucarillo en leche. Tras una estocada tendida se le pidió la oreja pero sin la mayoría reglamentaria. Una vuelta premio su voluntad, que no acierto.
Sebastian Castella lanceó suavemente al toro sin apreturas y con demasiada tranquilidad. En el caballo no tuvo codicia alguna, ni bravura, y tuvo momentos de manso. En banderillas se lució Javier Ambel con un toro que demostró alegría, y con el capote José Chacón, que lidió de forma excelente. Luego en la muleta el toro perdió el fuelle necesario y toda su raza, para quedarse parado y sin fuerza. Ninguna emoción.
Castella tuvo un burraco quinto que le faltó clase y raza, y en el caballo nunca se empleó. En la muleta el toro tampoco sirvió y se agarro al albero de forma alarmante. Muchos pases y enganchones que el publico recriminó al francés. Todo quedó en silencio.
Castella tuvo un burraco quinto que le faltó clase y raza, y en el caballo nunca se empleó. En la muleta el toro tampoco sirvió y se agarro al albero de forma alarmante. Muchos pases y enganchones que el publico recriminó al francés. Todo quedó en silencio.
Gusto el saludo capotero de Miguel Angel Perera - firme candidato para despejar la incógnita tras sus últimas actuaciones - al tercero de la tarde, que como al resto de la corrida, se cuidó en el caballo y apenas la suerte de varas brilló (más bien por su ausencia). Saludó en banderillas Joselito Gutiérrez al clavar dos pares de excelente ejecución. En la muleta tuvo un comienzo de faena muy templado con ayudados por alto, cadenciosos que tuvieron cierto gusto. Luego el toro se vino a menos, apareció el viento a molestar, y quedarse el toro por debajo de los engaños. Mejor por la derecha que por la izquierda. El único merito de Perera fue quedarse quieto, demostrando valor y firmeza ante un animal que tenía cierto peligro sordo, pero sin que aquello tuviese una emoción cautivadora, ya que el animal no tuvo raza y las fuerzas al limite. Al final consiguió su objetivo de arrancar la oreja fijando los pies en el albero y dando pases sin moverse con pases de pecho, y derechazos que pusieron a la plaza, de forma sorprendente, totalmente enloquecida. Meríto tuvo, pero cierta vulgaridad también. Otras veces en Sevilla se ha pitado ese carrusel de pases, y esta vez a a Perera se le perdonaba todo. Tras una gran estocada se le premió con una reglamentaria oreja.
Quizás la faena de más consistencia y que confirmó el buen momento de Perera, fue la realizada al último de la tarde, un toro bien hecho, gordo, que fue recibido a portagayola, y que lanceó después a la verónica de forma magistral, para rematar con una media de bella plasticidad. La incógnita estaba despejada. Lo mimo en el caballo donde apenas existió la suerte de varas, para recibir dos pares muy buenos de Juan Sierra, que tuvo momento para saludar montera en mano. Después vino lo mejor de la tarde, con series muy firmes con la mano derecha, de trazo largo, de temple exquisito, valor sereno, y con remates de pases de pecho senasacionales. Luego con la zocata demostró también criterio y mérito ya que el toro acusaba el poder de ese temple en las embestidas y su condición de bravo y fiero perdía intensidad. Faena compacta y entregada que no tuvo premio al pinchar al toro, y recetar una estocada muy baja que emborronaba la incógnita que todo el público despejaba.
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