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lunes, 1 de octubre de 2018

Última de San Miguel en Sevilla: Alternativa sin pedrea, donde Manzanares se lleva el reintegro

Está la cosa en el toreo como para tomar la alternativa. Eso debía pensar Alfonso Cadaval camino de la plaza ante la muchedumbre que esperaba en la calle Iris. Y es que tomar el doctorado en tu tierra, con dos figuras al lado, y con un casi no hay billetes en los tendidos es para tener la suerte y esperanza de cara. No es facil. Dificil papeleta la que tenía el joven aspirante a matador de toros, que debía apostar fuerte para que le "tocase el gordo" para intentar arreglar la temporada que viene. Se quedó a un metro de la pedrea, en una actuación tan digna como voluntariosa. Manzanares en cambio, juega en casa, con un público entregado y donde el fallo a espadas le privó de mayor gloria. Morante en su línea de mala suerte con los lotes.
El encierro de Juan Pedro Domecq-Parladé, desigual de presentación tuvieron movilidad pero escasa raza, con un toro 5º y 6º que se salvaron de una tarde que no fue aburrida pero tampoco como para tirar cohetes. 
Alfonso Cadaval le tocó en suerte para su alternativa un primer toro noble pero sin raza alguna que flojeó en todos los tercios. Brindo a su padre una faena de mucha disposición y entrega ante una animal que desparramaba la vista en cuanto podía. Faena a menos que tras media estocada tendida fue silenciada. 
Con el sexto su actuación subió en intensidad y en emoción, con un recibo de capa muy aceptable. El toro, noble pero sin la trasmisión deseada se movía y el torero supo sacarle partido. Cadaval anduvo muy tranquilo y con ganas de agradar a un público muy con él. Entre la sosería del animal y el viento que molestó en forma de borrasca se diluyó una faena discreta desde el principio. Tras un estocada algo atravesada se le ovacionó y entendió que lo mejor era darse una vuelta al ruedo por cuenta y riesgo del matador.
Morante de la Puebla con su primero poco pudo hacer ante la brusquedad de sus embestidas y la poca raza de un toro que tuvo poca historia. Solo el recibo con el capote con rodilla en tierra y tirando del toro tuvo la recompensa de un fuerte aplauso. Y que gusto toreando. 
En el segundo, interesante su saludo con un galleo del “Bu” y unas verónicas ajustadas que tuvieron esencia “made in La Puebla”. No hubo más. Bueno sí, un toro de Juan Pedro muy descastado. 
Manzanares anduvo a gusto con un toro noble que le faltó trasmitir un poco más para que aquello hubiera despegado. Toreo con cierto gusto de salida con el capote con varias verónicas con mucho empaque y torería. En el caballo muy mimado por la cuadrilla. Faena de oficio y técnica, muy al hilo del pitón pero con ese toreo que tiene contagiado a Sevilla. Faena a derechas que tuvo momentos importantes con dos pases de pecho de excelente de ejecución. Tras una gran estocada la oreja cayó enseguida. 
Con el quinto, un toro que se entregó, y el mejor de la tarde, y que le ayudó a su toreo y que dejó momentos buenos tanto con el capote como en la muleta. Sublime toreo al natural que no tuvo continuidad, dejando series estimables, pero no ajustadas con la mano derecha. Con un público entregado su toreo ganaba enteros y la faena subía de intensidad y las dos orejas volaban en las mentes de su publico. Cuanto tiraba de efectos en un intento de molinete de rodillas el animal le arrolló y se llevó una fea voltereta. Tres pinchazos le impidieron un triunfo que tenía en sus manos y todo se quedó en una vuelta al ruedo.
 

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