2ª San Miguel en Sevilla: ¡Matilla!..¿Y el toro bravo para cuando?

El aficionado y el público exigente salía al término de la corrida con la cara desencajada. Por muchas cosas. Pero viendo la corrida de GarcíaJiménez-Olga Jiménez (Matilla), terciadita toda ella, salvada por la campana, y con un sobrero indigno para la plaza de toros de Sevilla, en un festejo que se cuidó para la despedida al torero Juan José Padilla. El ganadero Matilla y sus veedores han dado argumentos para desprestigiar un poco más a la plaza de Sevilla enviando esta lamentable corrida. Tranquilos la empresa, también responsable de este atropello, quizás mande otra corrida para 2019. Ni remate por por delante, ni acabado por detrás. Gol a la Autoridad y al cliente que pasa por taquilla. La gente que acudió a la plaza con mucha ilusión no vuelve. El problema está dentro y no se dan cuenta. Matilla: ¿Y el toro y respeto a la fiesta para cuando Señor Garcia Jiménez?

Juan José Padilla lidió un primer toro que apenas tenía raza para mantenerse en pie. Con mimo lo cuido en el caballo, pero encima de parado desarrollo cierto genio. No banderilleó y en la muleta estuvo tan precavido como carente de sustancia. Una estocada preludio del silencio. 

Con un toro noble pero con escasa transmisión Padilla estuvo con cautelas evidentes en los primeros tercios. Su toro de despedida no era para recordar pero lo dejó interpretar su tauromaquia. La misma no era para Sevilla pero el detalle de la Banda Tejera al tocar desde el inicio lo decía todo. Eso sí que tenga el mismo detalle con todos los toreros que se despiden en Sevilla ¡Tejera!. Y tras estocada una  oreja. Había petición y había que darla. ¡Sevilla que buena eres!. A pesar de todo, gracias Padilla por tu pundonor, sacrifico y trayectoria.

Morante de la Puebla templó con el capote las sosas embestidas de otro animal sin alma ni raza. Una verónica y media para el recuerdo. Intento rivalizar a quites con Roca, que previamente hizo uno por chicuelinas donde demostró su posición en la tarde. En la muleta, dejó detalles por ambos pitones per el animal nunca rompió. Silenciada su labor. 

Actitud positiva de Morante ante otro toro, feo de hechuras y presentación, manso de condición y un claro ejemplo de lo que no debe ser un toro bravo. Sin toro no hay importancia. Morante dejó dos Verónicas y una media para recordar. Después poco más, una serie con la derecha hasta que se rajó el toro. Mañana será otro día. 

Andrés Roca Rey tuvo mala suerte con su primero que se lastimó una mano cuando lo recibía de rodillas. El toro, algo manso, nunca tuvo una determinación por la bravura pero podría haberle valido Roca Rey pechó con un sobrero manso con peligro que apenas tuvo una lidia uniforme. El peruano lo intentó todo, dándole sitio y con suaves embestidas templadas fue fijándose en los engaños. El toro con las fuerzas justitas, se dejaba engañar y el torero estuvo entonado para no dejarse coger por un toro que buscaba cualquier hueco para echarle mano. Las escalofriantes bernardinas finales pusioeron el valor y la emoción de la tarde. Demostró el torero su condición de figura del toreo. Una oreja tras una estocada entera. 

Foto: Twitter Maestranza-Pagés