Novillada de abono: Ante una mansada, Diosleguarde realiza lo más destacado en Sevilla

Fría y ventosa noche para ver la tercera novillada de abono, en el formato nocturno que la empresa nos tiene acostumbrados desde los últimos años, y que con un tercio aproximado de de plaza pudo presenciar una descastada y mansa novillada de Dolores Rufino, que aunque muy bien presentada con algunos novillos con cuajo y trapío para una corrida de toros, llegaron a la última suerte con apenas algo de chispa para que los novilleros pudieran lucirse ante ellos.
Sólo Manuel Dioleguarde dejé algunos detalles para la esperanza, con la fortuna de poder salir a pie de la plaza tras un fuerte voltereta en su primero. Los demás mucha voluntad y poco oficio, sobre todo Navarro que le aconsejaron mal para presentarle en Sevilla.

Javier Orozco, sorteó un sobrero de la misma ganadería que le puso en aprietos en la muleta y a punto estuvo de darle un serio disgusto. Manejó bien el capote y puso voluntad en la muleta pero poco más. Silenciada su labor por el mal manejo de la espada.
Con el cuarto, repitió guión en cuanto los planteamientos, con mucha soltura en los capotes, pero ante un animal que se paró muy pronto debido a su escasa condición de bravo. Desrazado y manso el animal, el malagueño tuvo pocas opciones de triunfo. Volvió a demostrar su poco oficio con la espada.
El sevillano Fernando Navarro con su primero desmostró mucha voluntad, pero su falta de oficio y su desajuste en las apreturas evidenciaban que la tarde de su presentación en Sevilla ha sido más que precipitada. A su favor que tampoco el animal que tuvo en suerte era el más apropiado para el éxito, ante las embestidas inciertas de su oponente.
Con el quinto, tuvo más compromiso el novillero donde se acopló, siempre al hilo de pitón, a un novillo que le dejo series estimables con la derecha pero sin llegar a calar en los tendidos. Tras una estocada algo atravesada fue silenciada su labor.     
Manuel Diosleguarde con su primero estuvo voluntarioso con el recibo capotero. Faena entregada con un animal que le cogió y que a partir de ahí porfió para animar a una plaza que se sobrecogió a la fea voltereta. Tras una gran estocada se pegó una vuelta al ruedo.

Con el sexto, y último de la tarde, Diosleguarde volvió a demostrar que tiene finas maneras y que es poderoso con la muleta. Quizás fuese el mejor novillo de la noche, y lo entendió en al última fase de la lidia. Tras una tanda muy templada por ámbos pitones - mejor por la izquierda - aparecieron los primeros olés más rotundos de la noche. Otra estocada, levísima petición y otra vuelta al ruedo casi por su cuenta.

Foto:  Arjona (Empresa Pagés)