Nunca me explicare los motivos que tiene la empresa PAGES para traer todos los años una aguerrida y aspera corrida del Excmo. Sr. Conde de la Maza (como se anuncia), con un encaste Núñez, que nada tiene que ver su comportamiento y desarrollo de los antaños Núñez de D. Carlos, y que año tras año, nos echa 6 bueyes, para tres matadores que se juegan mucho pero que nada pueden hacer delante.
Este año más de lo mismo, y quizás con el agravante de que la corrida ha sido floja, descastada en los caballos, apretando más con el corazón que con el sentimiento de bravura y desarrollando mucho sentido en la muleta. Quizás los toros, 2º, 3º, 5 - éste el más franco de la corrida, y 6º han sido los más potables del exigente y duro encierro del Conde.
Vaya por delante que los tres toreros han venido a jugarse el todo por el todo, y quizás el diestro con menos fortuna haya sido Rafaelillo. El torero murciano porfió toda la corrida con mesura y mucho esfuerzo con sus dos oponentes, los cuales astifinos como toda la corrida, han puesto a prueba al torero toda la tarde. Con el primero se la jugo al natural al intentar cruzarse en cada serie, y al rematar los pases de pecho el toro obligaba a perder un pasito para seguir con la esperanza de estar en pie. Su labor fue aplaudida al arrastre del toro.
Con el cuarto Rafaelillo, que lo recibió a portagayola, con un parón de 5 minutos interminables, nada pudo hacer. Abanto de salida, apretando en banderillas, y echando al cara alta en todo momento, Rafaelillo lo lidio a la antigua usanza destacando una serie con la mano derecha de poder a poder. Para matarlo fue un calvario, y tras una estocada entera la gente le volvió a ovacionar por la exigente lidia a la que fue sometido. Merece otra oportunidad ante un ganado propicio.
De Luis Vilches, se pude decir que hizo lo más artístico de la tarde al quinto de la tarde, quizás el toro que más claridad y boyantía del encierro, y que permitió al de Utrera sentirse a gusto, y demostrar su clase, sobre todo por el pitón derecho, en dos series que cautivaron al personal, lo que accionó que la música entrase - por fin - en juego. Con la zurda - la que maneja bien - se acoplo también, y tras una serie de calidad y rematadas con dos soberbios pases de pecho, decidió empezar con la derecha, lo cual provocó que la faena desembocase a un tono menor, lo que tras una lamentable entrada a matar, y una estocada algo desprendida, la euforia de una oreja se desvaneciese, y todo quedara en una larga ovación desde el tercio.
En el primero de su lote, quizás su recibo capotero fuese lo más destacado, ante un toro bronco y parado en la muleta que nada resaltable pudo hacer, sino más bien dejar detalles de su buen concepto, pero ante animales de poco fondo.......lo mejor era coger la espada.
Del vallisoletano Joselillo - que debutaba en la Maestranza - decir que dejo bien claro desde el principio sus ganas de agradar al público maestrante. Con el primer toro, astifino y aspero en la embestida, con un puntito de genio en la muleta, lo quiso lidiar con la muleta muy adelantada, y tapándole los defectos, pero tras varios intentos por ambos pitones, y dos coladas de infarto, decidió acortar con la espada. Lo puso a prueba al entrar a matar, y tras un pinchazo, le receto una soberbia estocada de ejecución con una alarmante exposición. Una ovación recibió por su constancia.
En el último de la tarde, un toro manejable sin llegar a despuntar, lo intento con la derecha pero sin llegar a calar en el público, pues le faltaba chispa, emoción y entrega al toro, elementos suficientes e indispensables para que esto marche bien. Y como faltaron esos elementos...pues fue silenciada su labor.
Tarde agradable en tarde calurosa con más de media plaza en los tendidos.
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