Nota positiva debe haber sacado el maestro Cesar Rincón de la novillada lidiada esta tarde en la Maestranza, en la que hacía la 25º de abono, por la buena presentación y juego de los novillos, sobre todo 1º y 2º, y 5º - en menor medida -, pero que en terminos generales han brillado por su nobleza. La pena es que le hayan tocado en suerte a novilleros con poco oficio, ya que alguno ha desperdiaciado la ocasión de que su carrera se haya despegado un poquito más, en este mundo tan dificil del toreo.
De los novilleros, Salvador Barberán, alto de estatura, ha tenido la mala suerte de tocarle en suerte un buen novillo, que hacía primero, y que con el capote ha humillado y que hacía presagiar lo que al final se produjo. Una mala lidia fue el epílogo del trasteo de muleta de Barberán, en la que sencillamente baso su faena en la mano derecha, y sin definir, y dudas de oficio y colocación, produjeron que la gente aplaudiese en el arrastre al novilllo y silenciase la labor del novillero. En otras manos ese novillo hubiera lucido más, y así lo entendió el público maestrante.
Con el cuarto de la tarde, más de lo mismo, una lidia infumable, y con un novillo menos potable que el anterior, con una soseria importante, y sin la trasmisión deseada, su labor fue nuevamente silenciada. Muchos pases para nada. Otra vez será.
Del cordobés, Ignacio González, que debutaba en la Maestranza, podemos decir que ha sido el triunfador de la tarde, al cortar la única oreja del festejo al quinto de la tarde. Con el primero de su lote, un novillo con una falta de fuerzas importante, destacó en su presentación recibiendo al toro en el centro del ruedo por tafalleras, muy ceñidas, y demostrando buenas maneras, a pesar de la falta de rodaje del novillero. Demostró que tiene ganas de ser alguien en esto, y lo mejor de su faena de muleta, fue las series con la mano derecha, con mucha trasmisión y que obligó a que tocase la banda del Maestro Tejera. Cuando cambió de mano, la faena perdió intensidad. Tras pinchar reiteradamente, y dos descabellos, fue ovacionado por el bondadoso público maestrante.
Con el quinto, estuvo firme y decidido para cortar la única oreja del festejo, ante un novillo rajado, y sin motor suficiente, que a base de tesón, y ganas el novillero fue ganándose la voluntad del público. Fue una faena basada en al mano derecha, pero sin definir totalmente. Tras entrar a matar, y ser volteado sin consecuencias, el público le premió con una generosa oreja, si bien es cierto que el novillero a pesar de lo poco que ha toreado, ha demostrado interés y firmeza, y eso puede tener premio, pero nunca es suficiente.
Luis Miguel Casares, aragones de nacimiento, y afincado en Valencia, según se comentaba, no ha tenido novillos para demostrar algo distinto. Realizó dos faenas discretas, sin concretar, si bien es verdad que tuvo los novillos más complicados de la novillada, su falta de oficio le provocó no redondear o afinar más delante de los novillos. Silenciada su labor en ambos toros.De los novilleros, Salvador Barberán, alto de estatura, ha tenido la mala suerte de tocarle en suerte un buen novillo, que hacía primero, y que con el capote ha humillado y que hacía presagiar lo que al final se produjo. Una mala lidia fue el epílogo del trasteo de muleta de Barberán, en la que sencillamente baso su faena en la mano derecha, y sin definir, y dudas de oficio y colocación, produjeron que la gente aplaudiese en el arrastre al novilllo y silenciase la labor del novillero. En otras manos ese novillo hubiera lucido más, y así lo entendió el público maestrante.
Con el cuarto de la tarde, más de lo mismo, una lidia infumable, y con un novillo menos potable que el anterior, con una soseria importante, y sin la trasmisión deseada, su labor fue nuevamente silenciada. Muchos pases para nada. Otra vez será.
Del cordobés, Ignacio González, que debutaba en la Maestranza, podemos decir que ha sido el triunfador de la tarde, al cortar la única oreja del festejo al quinto de la tarde. Con el primero de su lote, un novillo con una falta de fuerzas importante, destacó en su presentación recibiendo al toro en el centro del ruedo por tafalleras, muy ceñidas, y demostrando buenas maneras, a pesar de la falta de rodaje del novillero. Demostró que tiene ganas de ser alguien en esto, y lo mejor de su faena de muleta, fue las series con la mano derecha, con mucha trasmisión y que obligó a que tocase la banda del Maestro Tejera. Cuando cambió de mano, la faena perdió intensidad. Tras pinchar reiteradamente, y dos descabellos, fue ovacionado por el bondadoso público maestrante.
Con el quinto, estuvo firme y decidido para cortar la única oreja del festejo, ante un novillo rajado, y sin motor suficiente, que a base de tesón, y ganas el novillero fue ganándose la voluntad del público. Fue una faena basada en al mano derecha, pero sin definir totalmente. Tras entrar a matar, y ser volteado sin consecuencias, el público le premió con una generosa oreja, si bien es cierto que el novillero a pesar de lo poco que ha toreado, ha demostrado interés y firmeza, y eso puede tener premio, pero nunca es suficiente.
Fotos: http://www.toroimagen.es/
1 comentario:
Luis Miguel Casares es hijo del torero e "infausto" empresario Justo Benítez.
Las referencias que yo tenía era de muy valiente y ambicioso. Con tus comentarios se va ajustando más la opinión. De todas maneras, como a todos, habrá que esperarlo.
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