15º de abono; ¡¡Alcurrucen, no vuelvas!!

Y es lo que gritaban los buenos aficionados a la Maestranza tras terminar el soporífero y aburrido festejo de la decimoquinta de abono, que no ha colgado el cartel de "No hay billetes", y se ha llenado en las tres cuartas partes del aforo. Un viernes de farolillos, en otros tiempos, era de cajón....pero quizás el cartel no acompañaba. Tomen nota los Sres. eempresarios....porque eso dice mucho.

Y ese aburrimiento ha sido motivado por la mansada infumable de los toros de "Alcurrucen", y donde la presentación de algún toro, otra tarde más, ha estado por debajo a la de una plaza de primera. Y es que sigo pensando como aficionado, que a lo mejor cuatro equipos son muchos.......¿No, señores?.

Pero ciñéndonos al festejo hay que reflejar que los tres toreros han mostrado voluntad y ganas para solventar las embestidas mansas y sin raza que tenían los toros del encaste Núñez.

El linarense Curro Díaz, muy esperado en Sevilla, y por el aficionado de "pellizco", ha mostrado en ámbos toros mucha voluntad, y quizás con el primero se haya sentido más a gusto con la muleta, y sobre todo ha ligado una serie de derechazos de mano baja y sentimiento, que ha sido lo más positivo de su actuación, con un pase de pecho con un empaque y un temple que ha despertado la plaza por un momento. Con el segundo de la tarde, un toro sin raza y manso, ha porfiado por ámbos pitones pero sin llegar a cuajar porque el toro no trasmitía nada, y así es imposible. Ha matado a sus dos toros con sendas estocadas de muy buena ejecución, y colocación. Lástima que este torero no haya tenido toros, porque oficio, clase y gusto no le falta.

El matador Matías Tejela también estuvo voluntarioso con sus dos toros. Se entregó y porfió en todo momento pero es imposible sacarle partido a toros quew carecían de la clase, raza y bravura suficiente. Se desesperaba el torero y la gente al observar que acortaba los terrenos al toro, y aquello se eternizaba absurdamente. En momentos de la lidia la vulgaridad era extrema, y así es imposible.

Por último, el único torero que ha podido cortar una "orejita" - de las que se cortan de vez en cuando por Sevilla - ha sido Ruben Pinar, que con el tercero de la tarde ha tenido el toro más potable de la corrida. Un toro que ha tenido más recorrido que sus hermanos, y donde el diestro albaceteño ha estado muy poderoso  y sobre todo ligando pases con la mano derecha con trasmisión y temple, en una faena intermitente por el pitón izquierdo, y basada sobre la mano derecha. Ese toro transmitía y Pinar ha estado inteligente echándole la muleta en la cara y arrastrándolo muy firme con la muleta. Torero interesante en su concepto y que debiera aprender a descabellar, ya que necesito de cinco descabellos para matarlo. Si lo hubiera descabellado bien, quizá la "orejita" hubiera caído, pero su mentor, debería aconsejarle que después de fallar reiteradamente con el verduguillo, no puede darse una vuelta al ruedo en la Maestranza, sin que nadie lo pidiese, porque el efecto "positivo" se puede volver en su contra. Vuelta por su cuenta...y riesgo.

Con el último, un toro manso y deslucido que provoca que Pinar no tenga opciones de triunfo, a pesar de estar esforzándose delante de la cara del animal. Sin recompensa emocional por parte del público, porque la gente ya pensaba en abandonar la plaza, tras esta plomiza y aburrida tarde de toros.

Ha saludado en bandedrillas José Manuel Montoliú, que ha puesto en el primer toro un gran par de banderillas, que ha recordado a su padre en la forma de andar hacia el cuarteo.

Foto: Sevillataurina.com