3º de abono feria de Almería: Manifiesto contra la mansedumbre y la vulgaridad

Empezaba el paseillo en la plaza de toros de Almería con la lectura entregada y apasionada, y siempre amable, a cargo de un magnífico periodista como el local D. Luis Criado del Aguila, del Manifiesto de los profesionales del toro contra la abolición de los toros en Cataluña. Y es que la lectura de este manifiesto se ha sentido en toda la plaza, pero he podido observar que no todo el mundo ha aplaudido tras su lectura - interrumpida por cánticos patrios - y pienso que no todo el mundo esta de acuerdo con estos actos que organizan los profesionales. ¿Por qué?. Pues sencillamente porque habría que hacer manifiesto por el devenir de la fiesta, y su integridad y etc....y eso los profesionales.... no quieren ni olerlo.

Pues bien, ciñéndonos a la corrida de hoy, el Manifiesto debería haberse leido en contra de la mansedumbre de las reses del Ventorrillo, que aunque eran correctos de presentación, en términos generales, su juego ha sido pobre, y sobre todo han manseado y reflejado una falta de raza muy importante. Una corrida que sólo permitió "salvarse" de la quema el  2º y 3º toro. Encierro soso y deslucido con muchos matices.

Otro Manifiesto debería haberse leído en contra de la vulgaridad de Enrique Ponce, que en su peor momento, ha demostrado en Almería, que se encuentra sin sitio y sin ideas. Estoy seguro que con los dos oponentes que le ha tocado en suerte, en sus mejores años, - que son muchos, pues se trata de una figura del toreo - hubiera estado mejor de lo que ha estado esta tarde. 

Con su primero, un toro flojo y parado, que Enrique Ponce llevó hasta tres veces al caballo, estuvo sin apreturas por ámbos pitones pero con una colocación que no motivaba ni emoción ni sentimiento. Además el toro no transmitía nada. Tras un pinchazo y media estocada, el torero saludo desde el tercio. 

Con el cuarto, un toro reservón y manso, tuvo la desgracia de ser mal picado, y la faena de muleta tuvo los altibajos que el de Chiva esta demostrando esta temporada. Faena sin alma y sin criterio. Tras un pinchazo caido, y una media caida atravesada, - y muy fea de colocación - parte del público de Almería se limitó a aplaudirle mientras otros, le mostraban con leves pitos desde el tendido su disconformidad con sus planteamientos.

Julián López "El Juli" hacia el paseillo con un capote de paseo blanco y oro, con la imagen bordada de la Virgen del Mar, y que el Excmo. Ayuntamiento de Almería había concedido horas antes en el Salón de Plenos del Ayuntamiento, como triunfador de la Feria 2009. No ha podido repetir esta tarde su actuación del año pasado, sencillamente porque los toros no se lo han permitido. 

Podemos decir, que el manifiesto de la vulgaridad ha tenido momentos también en el "Juli", con la atenuante de que que la ilusión y las ganas de Julián son mayores que en el caso de Enrique Ponce. Su ansía de triunfar es suficiente para creer en él. Con el primero, su saludo capotero con cuatro verónicas templadas y relajadas y rematadas con una media estupenda que motivaron los primeros olés de la tarde. También había esperanzas tras el quite por chicuelinas muy ceñidas que realizó. Tras un comienzo de muleta con estatuarios sin moverse y una trincherilla muy garbosa, Julíán peco de tiralineas rapidos y sin cruzarse demasiado pecó de no plantearle una faena en los terrenos que un toro manso solicitaba. Al final el toro se rajó por esa condición. Su raza de torero y su ilusión motivó que tras un pinchazo y una estocada trasera y caida el publico solicitase la oreja, y el Presidente Marco Rubio, - por petición reglamentaria -  la diese para alegria del personal.

Esa vulgaridad quedó mas patente con el quinto de la tarde, en la que con un toro reservón y abanto en los caballos, planteó una faena para la galería. Efectismo barato sin toreo de kilates, y con el aburrimiento en los tendidos. Tras un pinchazo y un estocada trasera y caida la gente timidamente pidió una oreja. Al final el torero saludo desde el tercio.

Por último el peor parado del Manifiesto ha salido José María Manzanares, que en su primero enemigo no le dejó estirarse a la verónica pues se colaba por el pitón de derecho. Otro manso que en la muleta terminó rajándose en los últimos compases de la lidia, pero en el que el diestro de Alicante se ha mostrado a gusto toreando con la mano derecha, con pases  muy cadenciosos, y embraguetados que han permitido "sentirse" al torero. Una embestida sosa que se transmitió al torero. Tras una estocada defectuosa que hacia guardia, - pues salía por el lado -, y unos cuantos descabellos, se tuvo que conformar con el saludo desde el tercio.

Con el último de la tarde, un toro de fea hechuras y condición, manso con arreones en la muleta que demostraba la condición más fea de un animal supuestamente bravo. Abrevió ante la soseria del animal, y tras una estocada algo desprendida, saludo desde el tercio. 

Lo dicho, la corrida del manifiesto contra la mansedumbre y la vulgaridad de los toreros.

Foto: Perez@larcón.