No ha llegado a 3/4 de plaza, los aficionados que nos hemos reunido en el Coso del Baratillo para presenciar la 12ª de feria, que traía el aliciente, siempre positivo, de ver a dos toreros que ofrecen garantías, están en buen momento, y se obtienen señales de su capacidad lidiadora.
A eso se le unía que se lidiaba una corrida de Victorino Martín, pues hacía que el martes de Farolillos se convirtiese en la excusa perfecta para ver una siempre interesante corrida de toros. Pero quizás nos hayamos quedado con la miel en los labios con el juego desarrollado por los toros. Para empezar, la presentación ha sido muy desigual, quizás mejores presentados el último tercio de la corrida, y horrorosamente presentado el primero de la tarde, que hubiera pasado por novillo en otar plaza de toros. Otro gol de la Autoridad. Podíamos decir que lo que hoy se ha lidiado de Victorino es la cara B de la ganadería que que ha tenido como elemento definidor que ha carecido del motor o chispa en la muleta. No ha salido la auténtica alimaña, pero tampoco ha salido ese toro que haya demostrado la raza y casta en todo los tercios. Una corrida que se ha dejado en los caballos, no se ha comido a nadie, por lo que ha tenido algo de nobleza, y algunos llegaron a mansear de salida y en el caballo.
Ivan Fandiño sorteó un primer toro que rozaba el limite de presentación y que la gente incluso ¡¡Oh Dios!!, aplaudió de salida. Se gustó con el capote, con un toro que se dejaba en los primeros compases de los engaños, pero que nunca terminaba de romper hacia delante. En el caballo se dejó pegar dos varas bien medidas pero sin la emoción deseada. En la muleta solamente destacar algunas tandas muy firmes con la derecha haciéndole las cosas con mucha verdad, pero sin la continuidad del toro. Al darle el tercer muletazo el toro se defendía y la serie perdía la ligazón para que aquello tuviese la transmisión que público y torero hubieran querido. Faena digna y profesional.
Lanceó con clase al tercero y dejó constancia de su ambición por querer hacer las cosas bien. Esa decisión fue la clave para que el picador Francisco Aguado realizará un buen tercio de varas. Y el remate final de querer hacer las cosas bien es su labor desarrollada en la muleta. Faena poderosa y muy firme con la mano diestra, que bajó de nivel, cuando cogió la izquierda principalmente porque se quedaba muy corto, y la voltereta se mascaba en la plaza. Sometió al toro, de nobleza y condición interesante, con tandas cortas, con esa chispa que provoca el de Orduña, entregándose en cada muletazo, y de forma templada. Cuando el público empezó a calentarse, - con ayuda de la música, que esta vez acompañó - Fandiño se conformo con la oreja muy pronto, y cogió la espada, cuando lo prudente y sensato, pues estaba en Sevilla, hubiera sido pegarle una o dos tandas más y confirmar la buena disposición del torero. Buena estocada, y la petición de oreja se saldo con la concesión de una orejita. Mi modesta opinión es que una tanda más tenía el toro para que aquello ganase en intensidad.
Fandiño en su último toro, confirmó que venía a por todas, y muy mentalizado. Con el capote se lo llevo hasta los medios de una forma templada, En la suerte de varas se le intentaron hacerle las cosas muy biene, y moviendo el caballo. Después con la muleta, la faena se desarrolló de forma entregada con la mano derecha, con un toro que transmitió por ese pitón más que por el izquierdo. Faena con tandas cortas pero intensas, que se fueron apagando cuando el toro no tenía más motor para ello. Le faltó algo al toro, y al torero para que aquello hubiera tenido algo más de chispa. Tras una estocada, con la empuñadura hasta los gavilanes, se le pidió la oreja, que yo creo que justamente, ni había reglamentariamente petición suficiente, ni la faena había tenido la enjundia y motivación para concederle una oreja en Sevilla. Yo eche de menos un poco más de acople y continuidad con ese toro. Con una vuelta con fuerza el mérito era suficiente. Lo de pegarse otra vuelta, - protestada por un amplio sector del público - no venía a cuento.
David Mora le tocó un toro con mas cuajo que tuvo emoción en el capote con una serie de recibo por verónicas. En el caballo manseó un poco, y se atisbó una leve flojera de manos. Mora estuvo por encima del animal, intentando alargar la embestida para que los muletazos fueran más largos. Faena que vino a menos ante la falta de acometividad.
Despachó al cuarto con una larga cambiada de rodillas, y con una emocionante lances de verónicas muy poderosas, rematada con una media. El toro apagó las esperanzas de que aquello despegara ante la escasa transmisión del toro. Toreó de cercanias para justificar su actuación con ese toro.
Por último, con el que cerraba la tarde, un toro bien hecho, quizás el más presentable del encierro, que notó cierta sosería en las embestidas con el capote. Buen tercio de banderillas de El Chano y Victor M. Martínez, que saludaron tras parear con eficacia a ese toro. En el último tercio el toro llegó con el motor justito, y sin la acometividad que genera el encaste de Albaserrada. Tuvo temple y pulso Mora para sacarle algunos naturales estimables y muy despaciosos. No era un toro de triunfó, y la faena se fue diluyendo. Tras una media estocada fue silenciada su labor.
Tarde en la que no nos hemos aburrido, pero tampoco ha sido la que nos esperábamos, estando la terna muy por encima de las posibilidades de los toros de Victorino Martín.
1 comentario:
Un martes de feria, con Victorinos... y 3/4 de plaza.
Y tan solo, la tarde de Manzanares, por que el resto... como hacía años que no se veía.
La crisis ha influido indudablemente, pero que tomen buena nota los srs. empresarios.
Saludos.
Montes
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