Es digno y justo resaltar un hecho que me ha llamado poderosamente la atención, y es aquella que se refiere a la absoluta indolencia del matador de toros José María Manzanares para no estar presente en la recogida de premios, distinciones u honores que se le han concedido en la ciudad de Sevilla esta semana. Numerosos actos, que tienen la tónica general de que el premiado o persona agasajada por el citado reconocimiento no tiene el gesto de recibirlo personalmente y delega en la persona de su confianza.
En estos momentos que vive la fiesta – no me canso de repetirlo, malos momentos – era necesario que una figura del toreo como Manzanares, y en Sevilla, - en esa ciudad donde se le quiere, se le aprecia, y donde los posibles defectos se convierten en virtudes y parabienes para el torero de Alicante -, demostrase y echase la pata p´lante para reivindicar no sólo su presencia, sino la amabilidad, cortesía y disposición y deferencia con los jurados y empresas – en algunos casos con actos organizados con el esfuerzo de grandes aficionados al toro, y por solventes empresas del sector financiero y por sociedades del tejido productivo de la ciudad – que le han reconocido como triunfador la temporada pasada.
Pero quizás la cuestión principal y de importancia para el que suscribe este artículo es que su presencia a los actos debe ser proporcional al respeto y condición de sus compañeros premiados, que como Carlos Herrera, - persona de categoría contrastada - no ponen reparos para estar presente en los pasados «Premios Pepe Luis Vazquez», que de forma anual convoca la Caja Rural del Sur, y que sirve para presentar el libro «Maestranza 2011» de Carlos Crivell.
Debe percatarse el entorno de Manzanares, o el propio matador, del inapropiado detalle de no asistir, y de la inoportuna acción aversiva que produce a la afición taurina el no acercarse a la orilla del Guadalquivir – como la simbología e importancia de su indulto el año pasado – porque primero hay que sembrar para luego recoger el cariño otorgado en esos premios.
Esa presunta indolencia puede provocar malestar en aquellas personas que con tanto orgullo, con tanta pasión y denostado esfuerzo se sacrifican para organizar unos actos en donde la presencia de una figura del toreo supone un hito o una ilusión complementaria para que aquello tenga la categoría que merece el premiado y el premio en sí, ya que la ciudad de Sevilla, ni cualquier otra, por tradición y categoría no se merecen la ausencia de una figura del toreo.
Espero que su ausencia o su indolencia se deba a una causa justificada, - la cual desconozco – por el bien de la figura que representa el diestro levantino, y por la categoría de los jurados que han sido testigos de la significada «espantá» de José María Manzanares.
Foto: Sevillatoro.com
Foto: Sevillatoro.com
4 comentarios:
La mayoría de los numerosísimos premios que se entregan estos dias en Sevilla, no tiene otro fin que permitir lucirse, presumir y ronear a sus organizadores y amigos. Cuando se trata de entidades comerciales es una publicidad que al final les sale mas barata que cualquier otra.
Por otra parte, muchos de ellos carecen de rigor y sus jurados carecen de prestigio.
A lo mejor Manzanares comparte esta opinión...y no viene.
Sr. Piriz, agradezco su comentario, pero no comparto en esencia su comentario, porque el presunto indolente lo esta haciendo en toda España, y me temo que el prestigio de los jurados no debe ser el mismo en toda España ¿no?.
Me consta que hay premios en Sevilla que para lucirse no son organizados, por lo que no debemos generalizar.
Un saludo
Un saludo
saludos sr. perez: ayer fijese que asiste a unos premios de la discoteca sevillana de moda, y el juli, que casualidad, presenta parte de guerra diciendo que esta malo. Que tiene este premio para no asistir a otros de mayor calado.
a mi que me lo contesten
un saludo
En mi opinión y es muy personal, creo que para ser una auténtica Figura del Toreo, también hay que ser un Señor, dentro y fuera.
Y, hoy día, ser un Señor es casi más difícil que ser torero...
Así lo pienso y así lo escribo.
Saludos.
Montes.
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