Juan José Padilla pregona a la vida en Almería

Informa el Diario de Almería que «El sufrimiento es parte de la gloria y eso es lo que el torero jerezano Juan José Padilla quiso compartir con aficionados, universitarios y participantes en el Aula Taurina de la Universidad de Almería con una conferencia titulada 'El triunfo de la vida', con la que puso el punto final a la programación de esta cuarta edición. Un toro llamado 'Marqués' cambió toda su vida un 7 de octubre de 2011 en la Plaza de Toros de Zaragoza cuando le hirió de extrema gravedad produciéndole la pérdida del ojo izquierdo, la movilidad de la zona izquierda de la cara y la audición. Marqués cumplió con su obligación y Padilla también, afirmó el torero. 

A lo largo de su larga carrera profesional ha sufrido más de 30 cornadas en su cuerpo, viendo muy de cerca la muerte en muchos momentos. "En el quirófano se operan las carnes pero no las almas". En aquel momento se desbordó el apoyo de los compañeros de profesión entre los que recuerda con especial cariño a Sebastián Castella, quien le dejó todas las medallas que llevaba y a quien pudo devolvérselas seis meses después en Arles "habiendo perdido 18 kilos, la visión del ojo y la audición que todavía no he podido recuperar por completo". 

El sufrimiento que creía haber infligido a su familia hundió en la oscuridad al torero, "pero conté con el apoyo de Lidia, mi mujer, que ha sido todo un ejemplo y la verdadera artífice de mi recuperación". Padilla se dio cuenta entonces de que "el verdadero valor estaba en afrontar la verdad, en volver a torear", y comenzó un vía-crucis de especialistas médicos por las mañanas -entre quienes se encontraba el almeriense Francisco Esteban, presente en la conferencia- y el toreo de salón por las tardes. 

Poco tiempo más tarde anunció su reaparición en Olivenza. Papá, ¿esto puedo decirlo en el colegio? Su hija Paloma le dio todo el apoyo para la reaparición y la máxima felicidad sentir que se ha convertido en un referente y guía para sus hijos.
En el mejor momento de su carrera profesional y en el de su vida personal, Padilla está disfrutando "de la parte amable del toreo, aunque para ello me haya costado un ojo de la cara", afirmó con sentido del humor. "El sacrificio ha merecido la pena. El esfuerzo, la constancia, la tenacidad y la fe en Dios y en la vida han sido las claves para mi". Un repaso a la historia de su vida precedió el relato del suceso que le ha marcado para siempre "en una profesión a la que hay que honrar, porque aquí se vive, se sufre y se muere". Una gran ovación cerró tan emotiva charla.»